Han pasado veinte años y Gardel no me convence. No he llorado en treinta años pero me queda mi silencio. En mis pesadillas no me persiguen veintiséis perros ni siquiera la sombra de la muerte… sólo la vida.
Es de noche y la ciudad se ilumina para unos pocos. La brisa acaricia tu rostro mientras el río suena a Tarbaly y Tiersen toca el piano. Observar el espectáculo me calma y dejo de pensar, bien por La Corde. En la conversación se le escapan unas cuantas de miradas furtivas hacia mí, la miro y ella mira, ojos claros vida oscura.
Brilla el sol, brilla… vuelvo a la tierra de los muertos donde cada generación muere para vivir. Un día más volveré a la vida… la muerte puede esperar.
Es de noche y la ciudad se ilumina para unos pocos. La brisa acaricia tu rostro mientras el río suena a Tarbaly y Tiersen toca el piano. Observar el espectáculo me calma y dejo de pensar, bien por La Corde. En la conversación se le escapan unas cuantas de miradas furtivas hacia mí, la miro y ella mira, ojos claros vida oscura.
Brilla el sol, brilla… vuelvo a la tierra de los muertos donde cada generación muere para vivir. Un día más volveré a la vida… la muerte puede esperar.
2 comentarios:
Miraré como un furtivo, si la miro no la miraré, solo trasladaré su mirada...
POr cierton qué ganas de ver esa peli. ¿La has visto, Javim qué tal?
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