lunes, 22 de julio de 2013

El Árbol de la Vida








Pues no. El título no tiene nada que ver ni con la Cábala, ni el esoterismo judáico ni con la denostada película de Terrence Malick... sino con el arte de vivir...

Forrest Gump afirmaba que la vida era como un caja de bombones, Groucho Marx que una fiesta llena de idiotas cuya máxima preocupación era tener la copa llena, Jesucristo que la vida perfecta era ser huérfano( para el padre que le había tocado) y tener un buen abogado como el de Barrabás y Schopenhauer, que era una pompa de jabón que conservamos y seguimos inflando tanto tiempo como podemos, aunque sepamos con certeza que explotará... este último no tenerlo en cuenta, Schopenhauer era un cenizo de mucho cuidado... no leerlo os evitará acabar como él... viejo y atormentado... creo que ya nació viejo...

Una vez, un buen amigo en un momento de lucidez premortem, me dijo que la vida era más sencilla de lo que parecía y que nos la complicábamos estúpidamente, que si volviera atrás... bla, bla, bla... pobre chaval para una vez que se ponía a pensar... Todo el mundo habla y habla, yo creo, yo pienso... yo, yo...que si , un YOYO... al contrario que el juego infantil, nuestra existencia sólo tiene un recorrido y una vez que llega abajo no tiene retroceso... Para algunos, la vida es la bolsa que llevan al mercado y la llenan con esto, con aquello, amor, familia, trabajo, sueños, esperanzas y la siguen llenando y llenando... luego, a la hora de volver a casa la bolsa pesa demasiado... pero les merece la pena porque su intención es buena, llenar su alacena con todo eso y consumirlo después, sin saber que quizás habría que pensar menos en el futuro y comérselo en el momento, no vaya a ser que se pudriera por el camino... y ahí llega nuestro juez en comisión de servicios TIEMPO... dicen que es Suizo y pertenece a la familia de los Omega... aunque la malas lenguas dicen que es de una familia pobre y proviene de una miserable fábrica china...

De la Israel europea o de la tumultuosa China, el Tiempo dicta la importancia o la banalidad de nuestras vidas. Georges Brassens, que era un gran tipo de los que piensan sin necesidad de ver la muerte junto al cabecero de la cama, cantaba una canción : “El tiempo no tiene nada que ver”... si él lo cantaba... por algo sería... Sea como fuere, ayer tiré mi reloj a la basura( pero de una familia proletaria suiza...un swatch). Quizás no entendí bien la letra de Brassens, pero tras intentar reanimar a un tío en la calle y ver que por mucho que llenes la bolsa de amor, familia, trabajo, sueños y esperanza... La Vida no entiende de relojes y El Tiempo quizás... si tiene algo que ver... sobretodo para una ambulancia...