La Eternidad se presentó una tarde a la hora del té con Un Día. Su preferido era un earl grey con una nube de leche, apenas azúcar y a buena temperatura. Un Día se limitó a no tomar nada, andaba algo fastidiado. Tras los cumplidos por la calidad del té le pregunté, muy educadamente, la razón de su visita. Tomó un sorbo y dejó la taza con elegancia en la mesa de centro, miró hacia abajo y al momento me clavó su mirada compasiva y dijo : “Señor Ganz, aquí le presento a Un Día… me han encargado traérselo en persona porque usted no responde a nuestros avisos de finalización de contrato, así que oficialmente lo tiene a partir de este momento. Si por mí fuera- dijo La Eternidad- jamás se lo hubiera traído, pero ya sabe como es La Naturaleza, no entiende que yo pueda tener seguidores…”. Un Día me miraba un poco avergonzado, de reojo.
No me había afeitado hacía meses, entonces pensaba que tenía toda La Eternidad por delante. Suspiré, miré a Un Día, y dije : “ a ver si lo he entendido… a partir de hoy tengo Un Día…¿y mañana?... La Eternidad negaba con la cabeza sin decir palabra…
Encendí un cigarrillo y le ofrecí pastas a Un Día… había tenido menos tiempo que yo… al menos que probara algo de comer… Le quedaba Un Día...
Dedicado a Mario Benedetti, que La Eternidad le ofrezca algo más que Un Día…
3 comentarios:
Muy bueno Javi, creo que de lo que más me ha gustado de todo lo que has escrito por aquí. Gracias por tirar del carro estas semanas, porque si es por los demás, vaya panda de vagos estamos hecho, ¿eh, chicas?
Espera espera, ¿pero quién ha escrito esto? Acabo de darme cuenta de que no está firmado. Dejo mi comentario anterior para que su autor se ria de mí y sirva de escarnio por no asegurarme antes de hacer un comentario quién es el autor ¿MB, Cris, esto es vuestro? Decid algo, abofeteadme, pero no me castigueis con vuestro silenciooooo...no lo soportoooo...Ah, un saludo
¿Quién lee a Benedetti, después de Julián? Julián
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