viernes, 15 de junio de 2012

LA COSHER NOSTRA (última parte)

El humillado

La ceremonia por la compra del inmueble número mil estuvo organizada alrededor de un enorme samovar (vendría a ser como matear en ruso). La técnica consistía en colocarse un terrón de azúcar en la boca y disolverlo con el té hirviendo en un vaso de fino vidrio al rojo vivo.
Parecían graciosas las morisquetas de los Kollas, Quechuas, Guaraníes… pugnando con el brebaje y tratando de no quemarse.
Aproveché para poner la traición de Sara en el reproductor del Capri.
El televisor cobró protagonismo. No bien comenzaron los jadeos, gemidos y alaridos (acompañados por el célebre Adagio de Albinoni), los invitados, en sepulcral silencio, aprovecharon para abandonar los utensilios sobre la mesa.
Sara y el grone parecían llegar al orgasmo con cada una de las treinta y siete posiciones del Kamasutra sin sacarla, en la última, libélula, ambos llegaron al paroxismo.
En tanto, Isaquito pasaba por treinta y siete tonos del blanco teta al rojo ajíputaparió. El cambio se produjo cuando el negro salió de su mujer. Jamás en mi vida había presenciado semejante transformación. Isaquito volvió del ajíputaparió al blanco cadáver con su autoestima aniquilada, se limitó a un gesto de reproche y sólo hizo una pregunta –¿Y por qué con un schwarser ?
Al unísono los invitados dieron rienda suelta a una violencia largo tiempo contenida. Supongo que por envidia y resentimiento se ensañaron con todo lo que encontraron a mano y saquearon los locales. Se conoció como “La Noche de los DVD Truchos”.

Sara aprovechó el caos para pedir el divorcio. Isaquito se lo concedió con la condición que continúe cobrando los alquileres.
Caí en cuenta de lo que hacía Sara de noche.
La mujer, envalentonada por las circunstancias, pidió la partición de bienes. Isaquito, en medio de la rapiña, la molió a patadas.

Conclusión

Sara no insistió más con su libertad. En silla de ruedas y algo sorda atiende ahora el montepío. Feliz por no tener que ir a tribunales.
El hijo mayor resultó ser Martillero Público Nacional. Habría sido mejor que quebrara piernas, inclusive a la altura de las rodillas.
Isaquito recontra juró que no volverá a exponerse de esa manera.
Y yo… yo tuve otro “Caso Resuelto”. Felizmente cerrado.

FIN DEL CASO
"LA COSHER NOSTRA"

Julio Cesar Toto Flatuletti
“Detective Privado Free Lance”
Blog: http://flatuletti-detectiveprivado.blogspot.com.ar