lunes, 30 de noviembre de 2009


Al habla Cris.

No se me atribuya la autoría del siguiente relato, pues pertenece al insigne caballero Anónimo Cobarde quien, oculto entre unos etílicos párrafos, nos acompaña en este duelo.




Es noche cerrada, y llueve a mares. El agua repiquetea incesantemente contra el asfalto. Apoyado en la grotesca fachada derruida de un edificio en ruinas, un tipo de mirada turbia y hombros hundidos da las últimas caladas a un cigarrillo, indiferente, mientras el gemido desgarrado del viento le eriza el vello de la nuca. Si está llorando, -es difícil decirlo- la lluvia arrastra sus lágrimas a las cloacas.

El tipo llega hasta el final del cigarro con una lenta última chupada, y se pone en marcha, dejándolo caer. Calado hasta los huesos, cruza con parsimonia la calle desierta para entrar en el sórdido portal de un negro rascacielos. El vigilante le mira con desinterés.
  Vengo a ver al fab...
Sí, sí, sí – interrumpe el vigilante, impaciente, de rostro cetrino. – Sólo hay una persona en el edificio a estas horas, aparte de nosotros. Planta veinticinco, puerta efe – indica, señalando al ascensor. – Le recuerdo que todo el edificio está permanentemente vigilado por un circuito cerrado de televisión, así que no haga tonterías.

Sigue las indicaciones hasta el ascensor. Mientras espera a que baje casi cien plantas, su mirada revolotea por toda la estancia como una mosca cojonera. Se alza grácilmente desde el botón del ascensor hasta las macetas rebosantes de plantas sedientas que hay justo enfrente. Después, se posa en el vigilante, que ha vuelto a sus ignotas tareas. De ahí a la mesa llena de papeles desordenados, y luego al panel lleno de monitores. Entonces, el ascensor avisa de su llegada con un estridente pitido mientras las puertas mecanizadas se abren a trompicones.

Minutos más tarde, veinticinco pisos más arriba, las puertas se abren de nuevo con el mismo pitido estridente. El visitante sale con paso firme, y echa a andar por el pasillo hasta que llega a la puerta señalada con una efe llena de florituras. Golpea enérgicamente la puerta una, dos, tres veces, y espera, espera, espera, hasta que el rumor de unos pasos arrastrados se acerca a la puerta, que se abre tímidamente hacia dentro. Un hombre bajo, gordinflón, de mejillas hinchadas y denso mostacho asoma la cabeza por la levísima abertura de la puerta, dispuesto a preguntar por la  indeseable identidad de quien interrumpe su trabajo a tan inhóspitas horas, pero se lo impide una potente patada que abre de par en par la puerta y le hace retroceder unos pasos. El visitante se lleva la mano, fugaz, al bolsillo, de donde saca algo de colores brillantes que arroja con fuerza al suelo, a los pies del gordo, que recula asustado.
   ¿Eres tú quien fabrica estas mierdas? – pregunta.
El fabricante se acerca al objeto del suelo y, tembloroso, lo recoge con cuidado. Es una mariposa de plástico.
    So... Sólo las alas – tartamudea.
¡Es defectuosa! ¡No vuela!
¡Claro que no vuela! ¡Es un juguete!
¡Es una mariposa! ¡Debería volar! – el tono sube con cada frase. – ¡Nadie me advirtió! Me ha dejado – susurra, finalmente.
¿Que te ha dejado? ¿De qué me hablas? Es más, ¿Por qué debería importarme?
Mi prometida. Nos íbamos a casar. Pero me ha dejado por tu mierda de mariposa. No vuela.
Pero, ¿qué cojones estás diciendo? De los motivos que puede tener alguien para romper contigo, una puta mariposa es el último. Ahora, si quieres te devuelvo tu dinero y te largas cagando leches de aquí, antes de que avise a seguridad.
No quiero tu dinero.
Dicho esto, se lleva la mano al cinto y desenfunda una enorme pistola semiautomática. Comienza a disparar y antes de que el otro hombre caiga al suelo le ha vaciado medio  cargador  -cuatro  balas  del .45- entre ceja y ceja. Hecho esto, muerde el frío metal, cierra los ojos, y, suavemente, acciona el gatillo por última vez.

martes, 24 de noviembre de 2009

Moscanice vodo plemenita




Una copa de Merlot, Satie y en medio del más absoluto silencio… una vela que se agota…


Finaliza el mes de Noviembre, mes espiritual por excelencia… y las notas del piano suenan lejanas como nuestros recuerdos… Una mesa apila papeles y más papeles… una pipa…una caja de galletas danesas… Satie…

Una llamada, los recuerdos vuelven… Ahora es primavera, la luz se filtra a través de aquellos ventanales… los niños juegan en el patio…el sol de la tarde hace de los cristales entremezclados con la gravilla un espectáculo caleidoscópico… los chiquillos juegan… la vida pasa como giran las manecillas del reloj… Merlot… el piano sigue sonando al fondo…

El invierno llegó sin previo aviso… el chiquillo es ahora un hombre… la primavera murió el mismo día que cumplía diez años… las manecillas siguen girando…

El verano fue corto y tórrido… el hombre es ahora un anciano de treinta años…Gnossienne nº1 suena… está cansado…la mesa tiene cartas sin abrir…

Es Otoño… pide un deseo… ya sólo suena Satie…


Robert Capa lo observa desde una estantería del madera…se acabó el Merlot… el gato sigue dando puñetazos…un puñetazo, un segundo…sesenta puñetazo, un minuto…

Enciende un cigarrillo y se da una tregua…la cabala no engaña… 2010… fin y principio…

Es noviembre, el mes de los recuerdos… una foto de Carol le recuerda esa ciudad que le debe tanto y que jamás se dejará querer… oh, Granada ¡ Jerusalem palidece ante tu misterio… la luz, mientras, desaparece lentamente y la noche nos muestra desde el Mirador de la Luna esa Granada que sin Kika… Brigitte…Betti… no hubiera sido nada… Es la hora… ya sólo suena Satie.






UN NUEVO DUELO



Bueno, duelistas, raudos preparados y desenfundar prestos vuestras plumas que aquí os dejo el nuevo tema sobre el que versará una nueva escaramuza de metáforas, lucha de verbos, abordaje de pleonasmos. En esta ocasión pretendía ser harto original y elegir para esta nueva aventurilla literaria, alguna de las frases que antaño decoraban las puertas de los aseos y letrinas de todas las tascas, bares y tabernas de la geografía patria. Pero oh, maldición, en estos tiempos de higiene, de europeismo, de civismo, y sobretodo de Internet, me ha resultado imposible encontrar un solo urinario en el que deleitarme con la sabiduría que en esos rincones derrama el populacho a la par que aligera sus vientres. ¿Qué fue de esos entrañables foros populares que eras las puertas de los servicios, qué fue de esos mensajes de amor, de esos dibujos obscenos, de esos desvaríos racistas, de esos números de teléfono anotados en incómoda postura, con cierta prisas, cierta apretura en el esfínter e incierta caligrafía?. En fin, en estos tiempos del cyberespacio, las nuevas generaciones prefieren los computadores para lanzar al aire tales joyas de repentina literatura … Son nuevos los rincones a los que asomarse para saber cuáles son las nuevas inquietudes que acongojan ahora a la raza humana. En fin, creo que las puertas impolutas de los aseos de bar es una prueba más de la decadencia social a la que irremisiblemente parecemos dirigirnos. Eso o que yo debería volver a frecuentar los baretos cutres, las tascas de mala muerte, las posadas de camino y huir de los starbucks y demás franquicias, a las que tanto acudo últimamente, en las que gasto sin demora las ingentes cantidades de dinero que ahora me llueven gracias a mi merecida fama literaria. Lo dicho, que me ha sido imposible encontrar la susodicha frase para el nuevo duelo semanal…Así que os propongo otra cosa, queridos Javi y Cris, aunque también lanzo el reto para todo aquel que desee participar. De nuevo recurro a las surrealistas frases de las canciones de EL NIÑO GUSANO, y os propongo escribir algo sobre la siguiente frase:


Hay luz en la casa del fabricante de alas de mariposa…”



La frasecita se las trae, ¿verdad? Espero que gracias a ella os acordéis de mí, y quizás de algunos miembros de mi familia, durante el tiempo que estéis escribiendo el cuento. Je je. Bueno, y sin más me despido… Deseándoos, eso sí mucha suerte, que os hará falta para si queréis batirme, sabiendo que mi pluma siempre será más diestra, rápida y locuaz que las vuestras, míseros mortales…


OTRO CUENTO DE DIAVOLACE

Sólo desde ese día me he sentido realmente libre
(Hans Conrad Schumann)

El pequeño Conrad estaba tumbado boca bajo en el salón, con los pies doblados hacia arriba, golpeando el sofá, mientras miraba las noticias, como cada tarde, en la nueva televisión en blanco y negro; y digo miraba porque no comprendía nada de lo que allí decían, solo era  un niño de 8 años, cosa que no entendían sus profesores, que con tanta dedicación intentaban llevarle por el buen camino del socialismo.

-¿Cuándo entrará en vigor?-Pregunto el periodista extranjero

El hombre de la tele dudó, de eso no le habían informado, así que para salir del aprieto, dijo lo primero que se le paso por la cabeza:

-En cuanto lo diga, inmediatamente

Conrad no sabia exactamente lo que eso significaba, entre sus deberes no estaba saber como era el mundo que lo rodeaba, intuía que era algo importante, algo que debería comunicar inmediatamente, así que corrió la pequeña distancia que separaba el salón del dormitorio de sus padres gritando no se que del muro por la tele

Peter estaba peleándose con el cableado de la vieja radio que se negaba a seguir funcionando, tenia medio culo sobre el taburete, el otro medio pegado a la cama y la barriga aprisionada a la mesa donde solía resucitar los pocos electrodomésticos que tenían. Llevaba concentrado dos horas, en una intensa pelea del hombre contra la maquina, y estaba a punto de arreglar el maldito cacharro, un ultimo paso, muy delicado y ya est......¡no se que del muro por la tele!, ¡no se que del muro por la tele!

Dos horas tiradas a la basura

-¿SE PUEDE SABER QUE COÑO TE PASA? ¡TE HE DICHO QUE SIEMPRE QUE ENTRES EN NUESTRO CUARTO, LLAMES PRIMERO A LA PUERTA!

-Es que han dicho por la tele no se que del muro que si se puede pasar al otro lado

Las centésimas de segundo mal diciendo las tonterías del crío, se convertían en décimas pensando en la nueva ocurrencia del gobierno para engañar a la gente, y terminaron siendo unos segundos de duda, de esperanza. Se levantó y fue hacia la televisión esperando encontrarse con una nueva desilusión. Pero en la tele, no se hablaba de otra cosa, no podía ser. Corrió a la cocina a decírselo a su mujer Katrin pero allí no había nadie, se acordó, reunión de madres de alumnos por el socialismo, como todos los jueves.

Fuera, se oía ruido en la escalera, abrió la puerta y los vecinos desfilaban inmersos entre la seriedad y la alegría contenida, esperada durante años de opresión. La señora Fechter, la vieja arpía, amargada y agria Señora Fechter, le agarro del cuello de la camisa y como si ese día hubiera inyectado lo mismo que la campeona nacional de halterofilia, lo saco del umbral de la puerta al descansillo, le dio un sonoro beso en la mejilla, y dijo entre lágrimas:

-¡Por fin!, ¡por fin!, ¡el muro!, ¡se acabo!.

Estaba sucediendo. Esa misma mañana, cuando se fue a trabajar, asqueado por ese café tan malo, tan caro y tan escaso, no podía imaginar, ni por asomo, lo que esa misma tarde iba a suceder. No puede ser, seguro que cuendo lleguen al paso fronterizo, les dirán que no. Asi tan rapido, tan de repente, estas cosas no pasan, y menos con estos ¿y esta a que coño espera para venir de la reunión?. Capaz de haberse ido ella sola al otro lado y haberse ligado ya, a un occidental que tenga un Mercedes, fiate tu de las del partido. Por si acaso se vistió con la ropa que no se ponía desde la boda de su hermano e hizo que su hijo hiciera lo mismo, Katrin podría llegar en cualquier momento

Oyó el ruido de las llaves, y salto del sofá hacia su esposa. Se miraron, no hacia falta decir nada mas, no obstante ella decidió terminar con ese momento histórico-familiar:

-Nos hemos enterado durante la reunión, estábamos discutiendo  como recaudar fondos para un nuevo busto de Karl Marx cuando nos han dado la noticia. Hemos suspendido la reunión inmediatamente para ir al muro, Es increíble todo el mundo va hacia el muro, las calles están llenas de gente, ¡es como en año nuevo!

Bajaron las escaleras sin darse cuenta, navegando por los pensamientos de la nueva vida que se abría ante ellos, ni si quiera se acordaban si habían cerrado la puerta de casa, pero que importaba eso ante la historia.

Cuando empezaron a aproximarse al muro,  la gente estaba empezando a treparlo; los menos osados, estaban pasando hacia el otro lado por el paso aduanero. No pudiendo avanzar mas entre la gente, Peter decidió cumplir una de sus antiguas fantasías de adolescente rebelde, subirse al muro. Si esperaba unos días, lo mismo no quedaba nada de este. Su mujer escapo un suspiro de reprimenda, haber si te vas a caer, pero que mas dá.

Cuando consiguió poner los pies encima del muro y enderezarse se dio cuenta que todavía tenia la mano dada al hombre que le había ayudado a subir. Bienvenido al oeste le dijo y ambos se fundieron en un abrazo. Peter se había casado con una guapa e inteligente enfermera, y en sus años adolescentes había follado con la tía mas buena de su instituto y tenia un hijo sano, sin embargo, abrazado a aquel desconocido de bigotes con hombros de ex luchador y barriga de camionero, estaba teniendo el momento de mayor alegría en su vida.

Desde arriba se veía el otro lado, calles llenas de gente, de fiesta, cervecerías abiertas, coches pitando, banderas, pensó en subir a su familia, pero casi que mejor que no, por la cara que ponía Katrin.

Así que bajó y se dirigieron al ahora menos congestionado paso fronterizo. Un par de personas delante y ya estarían al otro lado

Y su hijo tendría mas o menos la edad que ellos cuando construyeron el muro, entonces no sabían tampoco lo que eso iba a significar en su vida, pero Conrad podría tener todo aquello que ellos en su adolescencia no vivieron, ir a una universidad del oeste, salir por discotecas, tomar drogas, escuchar musica Rock, en fin, todo eso que los jóvenes de occidente deberían de hacer.

No se sabe muy bien como, su documentación llegó a manos del policía, pasado este momento interminable, el agente les diría, ¡No! ustedes no pueden pasar o ya han pasado demasiados por hoy, intentenlo mañana , pero simplemente dijo, Pasen

Y llevados por la marea humana, terminaron en la improvisada terraza de verano en pleno noviembre berlinés donde con solo contestar, si, somos del este un desconocido te ponía una jarra de cerveza en la mano, te daba un abrazo y brindaba por que las cosas no volvieran a ser como antes. Katrin pensó en el día siguiente, tendrían una resaca monstruosa y habría que añadir una tremenda falta de sueño, ni siquiera habían cenado, pero que importaba todo eso esa noche.

sábado, 21 de noviembre de 2009

LA LUZ QUE NO CESA




El café no era bueno, en realidad era malísimo. La costumbre hace al hombre y al final, pasó a ser un simple café. La mesa, un poco alejada del resto, tenía ante ella toda la ciudad de Roma para sí y ello, compensaba cualquier expresso de cicuta que sirvieran. El agua “frizzante” facilitaba el transito por la garganta y aliviaba al torturado paladar. Mientras, el tiempo y la luz se aliaban para mostrar un espectáculo único de luces, sombras y colores… del anaranjado atardecer avainillado hasta un cian amagentando por cielo…

Las pupilas inexpertas quedaban abrumadas con el rápido giro de colores y el tiempo, en un rincón, se reía del espectador.

Los lugares no son nada sin la luz, el tiempo…el tiempo…la luz…

Cuando la noche llega, el espectro de luz transforma a la ciudad. Una pequeña plazuela, escondida entre los callejones del Albaycin, resulta el Alfa del amor entre tú y yo… un andén de tren de madrugada, nuestro particular Omega…

Lugares, Luz, Tiempo… Tiempo…Luz… Lugares…

Llega el amanecer… la Luz nos desvela el engaño… los Lugares desaparecen…y el Tiempo nos confirmará  la luz que no cesa…






sábado, 14 de noviembre de 2009

Va, pensiero!




                                                     ¡Vuela pensamiento, con alas doradas,
                                                     pósate en las praderas y en las cimas
                                                     donde exhala su suave fragancia
                                                     el aire dulce de la tierra natal!
                                                    ¡Saluda a las orillas del Jordán
                                                     y a las destruidas torres de Sión!
                                                    ¡Oh, mi patria, tan bella y abandonada!


…Y su pensamiento voló grácil como el vuelo de un águila imperial… hacía la inmensidad del cielo… azul como el mar, claro como la luna llena… Las palabras entonces, adquirieron todo el significado que jamás tuvieron sin alas… La palabra sólo es palabra, limitada por tantas cosas que cansa enumerarlas… Se acabó el tiempo de la palabra… signos y sonidos que en conjunto representan… que representan?... tu Azul será más claro u oscuro que mi Azul… y eso que es un color…no hablemos de conceptos abstractos… Cada individuo gira en su propio universo, compartiendo el mismo Sol, separados quizás por Galaxias de distancias…

Somos extraños condenados a coexistir y a entendernos, pero Entender obliga a Pensar. Expresiones del tipo “es que tu te comes demasiado el coco” o “ venga, no pienses demasiado”, “no te comas la olla”…acabas comprándote el mayor plasma de la tienda y tu mujer compitiendo con su cuñada o hermana por hacer más obras en casa… No es malo pensar un poco, otra cosa es ser obsesivo, pero no confundamos enfermedad mental con reflexión.

Escuchaba a José Luís Sanpedro y decidí escribir esta reflexión, algunos la llamará metafísica pero que en realidad se nutre de algo tan físico como ser conciente de estar en el mundo.

Verdi, es autor de la letra del inicio. Se trata de la ópera Nabucco. Es el canto de los esclavos hebreos que recuerdan mientras son expulsados de su devastada tierra… sin comentarios de sus actuales descendientes de su “devastada tierra”…

Y esto venía a cuento de que vuelvo a los relatos extravagantes y dejaré de torturaros con Reflexiones…más extravagantes…

Mientras tanto, no dejar de pensar de vez en cuando.


Shalom ¡

…como dirían los que cantaban al principio…

martes, 10 de noviembre de 2009

LA RULETA RUSA


Indalecio, juerguista, putero y guardia civil, se nos casaba. ¡El randa de Inda!. Quién lo diría. Al principio, cuando soltó la bomba en el bar, nadie lo creyó. “¿Pero Inda, y ese aberrunto que ta dao? .¿Pa qué?, si ya te follas a la Frasca cuando te echan del puti“Venga nos seas capullo y tómate otra, pa que te se pase la tontería”. Pues no, no se le pasó. Y una semana después estábamos toa la cuadrilla de despedida de soltero en su queli. Bueno, en realidad, estábamos echando la partía de cuatrolas de los jueves, sólo que como al día siguiente el Inda se nos casaba, pues consideramos esa timba como una despedida. Y como siempre, el Inda borracho hasta las trancas no dejaba de soltar más y más cuartos con unas manos de puta pena.  De repente, se quedó mu callao, tos pensámos que el alcohol por fin le había tumbao. ¡Mierda!, ya no podríamos seguir sisándole billetes. Si es que el Inda cuando bebía y tenía una baraja en las manos era como una puta ong. Pero no, se puso en pie tambaleante, y comenzó a vocearnos a todos. ¡Cagónlaputa, esto es una despedida de soltero o un puto velatorio¡ ¡Vamos a hacer algo, coño!”. “¿Pero Inda, ya tas cansao de que te sableemos, ja ja?¿Se tocurre algo mejó?”. Y el  Inda, colorao por la rabia y sudoroso por los cubatas, echó mano de su cartuchera, sacó su pipa, y dando con ella un fuerte golpe en la mesa nos soltó: “¡¡La ruleta rusa, cojones!!”. Joder Inda, mamonazo, vaya susto que nos diste. Nos quedamos tos blancos. To la puta noche bebiendo para que tú de un sopapo nos quitases la cogorza a todos. Con lo que cuesta pillar una buena a base de güisquis de garrafón. Tos miramos la pistola con cierto estupor, disimulo y paque negarlo, también algo de cangelo. ¿La ruleta rusa, Inda, que coño te sacurrio ahora?”. “Pos coño, vámonos pa la ruleta rusa. Que mañana me caso. Vamos a tirarnos a las rusas, pandamaricones” ¡¡Ostia claro, la ruleta rusa!!, ¿en qué estaríamos pensando? La bendita ruleta rusa era un garito que habían abierto hace ná a las afueras del pueblo. No tenía nombre, era solo una casucha con una barra improvisá, y unas cuantas rubias que ya se habían trajinao a medio pueblo. Creo que el Inda ya las había catao a toas, pero aun así, el mu putero no se cansaba de ir. Las putas no hablaban ná de español, pero ¡cómo follaban las mu guarronas!. Suponíamos que eran rusas, o de algún sitio de por ahí. Cuando nos metíamos en el garito sabíamos a lo que íbamos, pero no que tía nos iba a tocar. Por eso le llamábamos la ruleta rusa. Así que ná, tos pa los coches y a ver quién nos tocaba esa noche. Mucha fanfarronería, borrachos como cubas y a cientoypico por la autopista, total, el único picoleto que nos podía multar venía con nosotros y era el que más borracho estaba  Unos y otros, tanteábamos nuestros bolsillos y comprobábamos cuando dinero le habíamos birlao al bueno del Inda, mientras hacíamos cábalas de a cuantas rusas nos podríamos levantar. Al final, to hay que decirlo, la noche no fue pa tanto. Como otras veces, se nos fue la fuerza por la boca, y en menos de una hora estábamos tos en la calle, con cara de alelaos y sin el dinero del Inda sonando ya en nuestros bolsillos. Tos menos el Inda claro, ese cabrón si que tenía aguante. Le esperamos un buen rato, echándonos los últimos  cigarros, en el aparcamiento del puticlub. Al final nos fuimos sin él para casa, seguro que se las apañaba muy bien sin nosotros. Que por la mañana había que madrugá y estar presentables pa la boda. Aunque, ¡qué cojones! ni presentables ni pollas, a la mañana siguiente estábamos tos en la puerta la iglesia dando más pena que otra cosa. Pa mí que más de uno y más de dos habían continuado de farra después de irnos del puticlú. Y a to esto, el mamón del Inda sin aparecer. En fin, que nos metimos pa dentro de la iglesia. La caras de La Frasca y la del cura que eran un poema y tos mirándonos unos a otros sin saber qué decir. Y por fin apareció el joio, derrapando por la plaza con el coche patrulla y haciendo un ruido de mil demonios con la sirena. Se bajó del  Patrol con una cara de alegría que ya la quisiera yo pa mí, entró en la iglesia y se colocó al lao de la Frasca como si no pasase ná. Aguantó como un campeón tos los sermones de la ceremonia, las canciocillas del coro de chiquillos, y toa la parafernalia esa de los curas, pero cuando llegó el momento cumbre, ese en el que tienen que darse los morreos y los anillos, el Inda, empezó a rebuscarse por tos los bolsillos del traje, que por cierto, vaya traje se había agenciao el mamón, estaba hecho un figurín, se volvió hacia  la Frasca, le arreó un buen cachete en el pandero y le dijo: Mira Frasca, que no nos podemos casar. Que la guarra de la Ivana ma robao el anillo”.  Nos hizo un gesto con la mano y tos salimos de allí echando leches, con los cuellos encogíos por si la  Frasca  nos atizaba… Y es que en el puticlub, aparte de no saber que rusa le tocaría a uno en suerte, tampoco tenía uno muy claro que cosa te robarían durante le juerga… ¡Joias rusas y qué cojones tenía el Inda!


domingo, 8 de noviembre de 2009

Noviembre



Ayer compré en el kiosco un periódico cutre pero que como traía un libro de Trosky hice el esfuerzo de llevármelo. Pero la mejor compra fue que junto a él estaba el calendario zaragozano, que jamás acierta en sus predicciones meteorológicas pero es como ir a un zoo y poder ver un dinosaurio.

Si Mayo es el mes de las flores y los católicos se lo dedican a María, Noviembre es el mes de los árboles caducos y está dedicado a los no vivos. El Corte Inglés presenta su moda de otoño y la ropa adquiere esa tonalidad que te recuerda un paseo por esos bosques de Filadelfia, un pueblecito entre montañas donde te sirven sidra tibia con un poco de queso del lugar. Al fondo entre un río y más bosques, siempre pasa un interminable tren de mercancías de marcha lenta pero constante y algún enmohecido cartel anunciando el nombre de un pueblo y la población que tiene, o les queda… Welcome to …

Donde actualmente vivo exiliado, sólo hay invierno y verano. Entre ambos, algunos matices meteorológicos pero la primavera desapareció y del otoño sólo quedó la visita a los cementerios el día de difuntos. De chico recuerdo que en todas las casas, las mujeres en este mes encendían una palometa, una lámpara de fabricación casera que consistía en un recipiente con agua y aceite, una torcida de algodón y una chapita para que se mantuviera a flote encendida… el recuerdo a los no vivos…

Os recomiendo la última película de Woody Allen, se titula “Si la cosa funciona”. Larry David hace una buena interpretación y su papel está bien escrito. No tiene nada que ver con Noviembre pero tenía ganas de contarlo.

Esta mañana he estado localizando sustitutos ibéricos a Butan (otro día os lo explico esto de Butan y Asia Central). Desde Zamora, pasando por Soria y aterrizando en Teruel, hay centenares de pueblos abandonados esperando que algún quemao de ciudad esté dispuesto a residir allí. Obviando climas algo fríos y secos, que la población más joven de los alrededores supera los 70 y que tienes que ir con un buen fajo de billetes para levantar casas cuyo aspecto se asemejan más a un bombardeo que a los estragos del tiempo, tienes el lugar perfecto para estar en armonía con tu cuerpo y alma…si el invierno no te mata antes…

Tras estos argumentos poderosos, en google encontrareis toda la información sobre estos divinos lugares…abandonados…no sé porque… ah¡ abstenerse bibliotecarios y gente de mal vivir, de eso ya sobran por todos lados.

viernes, 6 de noviembre de 2009

La Vida es un Caravasar. Tiene dos puertas, por una entré, por la otra salí…*


Escuchar a Caruso o a Pavarotti es siempre un placer comparable con el sabor de un oporto servido en una copa de cuello largo y de cristal, lo suficientemente grueso para no llegar a ser vulgar ni tan fino, que su delicadeza nos desvíe nuestro paladar la atención hacia la fragilidad del vidrio… Nuestro Leandro, que visita este fin de semana la Alhambra, no debe olvidar que más allá del marketing a lo Mac Donald que se ha convertido el monumento nazarí, hacer el esfuerzo de quedarse con lo sutil del conjunto. Como el oporto, el continente es tan importante como el contenido. El paseo de los tristes, no sé como estará ahora, de noche con el continuo rumor del exiguo Darro y el verdor de la ladera de la Alhambra, seres extravagantes y el ir y venir de guiris perdidos con guías en mano te convierte en invisible. Esa invisibilidad te hace como la buena copa de oporto, apreciar con mayor sensibilidad lo mágico del lugar. Julián, como el mejor poeta que he conocido en esta vida, podrá narrarte mejor que yo un paseo por el Albaycin y la puesta de sol desde el mirador de San Nicolás.

Escuchar a Manuel de Falla es siempre estar entre el universo de Debussy y el extraño cosmos del Surrealismo, que mirando desde su carmen del Albaycin creó las melodías más maravillosa que ningún cadavérico billete de 100 ptas. pudo pagar.

Cuando la palmemos, entenderemos que una melodía, una pintura o la simple escritura puede descubrirnos el alma del sujeto que lo compuso. Como yo ya estuve muerto una buena temporada, os puedo asegurar que la figura exigua, vida humilde y castidad de Falla engañaba. En su obra refleja fuerza, virilidad y un mundo dionisiaco que ni el más golfo de los genios pudo expresar en corcheas… Eso sí, eligió una vida, que hoy denominaría los new ages budista. Y esto venía a colación por el viaje de Leandro a Granada.

Ni toda la tecnología ni la realidad virtual que nos venden podrá sustituir un vino tinto de garrafón servido en una taberna de Granada, donde la amabilidad brilla por su ausencia pero que nos demuestra una vez más, que los lugares sobreviven al efímero humano que los habita.


*Emine Sevgi Özdamar. La Vida es un Caravasar (tiene dos puertas, por una entré, por la otra salí.

jueves, 5 de noviembre de 2009

VIERNES



Siento haber sustituido los relatos con nombres balcánicos (otro día os explicaré mi relación con la ex-yugoslavia) por reflexiones de andar por casa…mejor dicho, de chabola.
Llevo una larga temporada que la realidad me entretiene más que la ficción. Goran Zelic volverá a estrellar su máquina a vapor en otro momento en Sarajevo y los viejos Zoran y Popovic me dejarán su artritis como herencia…a mi pesar.

El insomnio es una putada porque acabas sonámbulo todo el día/noche y la mente no trabaja como debería. A veces, excepcionalmente, te encuentras con una lucidez que te asustas porque no dormir y estar bien no es normal, pero la naturaleza tiene esas paradojas como la mejoría antes de la muerte…pero eso os lo explicaré otro día.
Escribo desde la cama y son las 11.02 de la mañana, escucho el piano de Yann Tiersen y la luz amarillenta entra por entre las cortinas color vainilla de mi habitación o mejor dicho, mi madriguera… es broma, hice limpieza hace tres meses…

Tomo un té earl grey con un toque de leche y el cigarrillo me sabe a frutos secos con un ligero toque de romero…no penséis mal…no es un porro…quería ser poético.

Antes que la Maruja de la vecina ponga a Camela a todo trapo, disfruto de una paz impagable… que he dicho que no era un porro¡

Bromas a parte, la última vez que me sentí así, en paz, vino una tormenta y acabé en medio del desierto observando el atardecer anaranjado reflejado en las salinas aguas del Mar Muerto…la anterior fue el Camino de Santiago y no os cuento la harta de andar que me pegué. No os preocupéis sufridos seguidores de este Blog, Bhutan queda a demasiadas horas de avión para escaparme.
Más allá de mi cara de pan de pueblo, la mancha genética de la cabeza y unos ojos que parecen salidos de un largo sueño, mis antepasados no eran precisamente de Asturias, se podía decir que vinieron a caballo arrasando media Europa desde el corazón de las estepas de Asia…de ahí viene eso de “Roba, mata y vete a Utrera”, pero eso no es importante.

De pequeño, los libros que había en casa y los clic de playmobil me retenían el tiempo suficiente para no saber usar un tirachinas o probar el sabor de la sangre tras un balonazo en la boca.

Cansado de montar guerras con mis clik, los atlas me fascinaban. Imaginaba como tenían que ser esos países que apenas podía pronunciar. Mongolia, se llamaba entonces Mongolia Exterior, cosas de la guerra fría, los soviéticos y la media guerra que tuvieron China y la URSS a finales de los sesenta. Escondida, estaba Bhutan, que aún se llama así y no precisamente por sus yacimientos de gas…tranquilos este año el cupo de extranjeros está completo.

Pero esta larga introducción sólo tenía la intención de esbozar una sonrisa mañanera que a veces es necesaria antes de enfrentarse al subnormal del jefe o al compañero coñazo, el vecino estúpido o la caca que pisamos a la salida del portal… luego te llevas arrastrando el pié por la acera a ver si cuando llegas al curro no huele demasiado… perro malo¡ dueño Cabrón¡…

La excusa de esto era el libro de Émile Zola , YO ACUSO (la verdad en marcha), que no tiene nada que ver con Bhutan ni con los clic de playmobil ni con Camela… ni con lo siguiente…

El tiempo pasa demasiado rápido, leed menos e intentar sentir más, la filosofía y el pensamiento queda muy decorativo en las conversaciones y fiestas pero si no sentid la brisa de una noche de primavera bajo la mirada centenaria de la Alhambra o los dulces labios de vuestro Amor, seréis unos estúpidos versados en palabras vacías y acabaréis como yo en Bhutan… o escribiendo estas estupideces…



Buen Fin de Semana ¡¡¡¡


miércoles, 4 de noviembre de 2009

SONETO PERFECTO




El domingo, en la sección de obituario del diario El País, leí un panegírico sobre un ser humano que se fue con 47 años. No suelo leer esta sección pues, además de cobarde, soy muy supersticioso y la muerte es algo que aún no la llevo demasiado bien, sobretodo la mía.


Me llamó tanto la atención la fotografía que sentí la necesidad de saber quién era. En blanco y negro, un hombre gordito con barba sostenía con cariño un gatito, y en su cara reflejaba esa humanidad que muy poco habitantes de este planeta tendrán jamás.

Las palabras del amigo no eran las tópicas y típicas en una elegía cargada de palabras resabidas sobre las virtudes de su desaparecido compañero. Era un poeta, sabio, ajedrecista, filósofo, etc…como lo denominó el autor, que se ganaba la vida en el monte, unas veces de leñador, otra en la construcción. Viajero incansable de vuelos charter ( es lo que tiene ser un obrero), podría vérsele en cualquier parte del mundo cargado con su mochila raída llena de libros y conversando con un homeless de Nueva York o con el genio de Battiato.

Murió, como no podía ser de otra manera, trabajando con un Dumper en medio del monte. Atrás dejó huérfano de su humanidad, sabiduría y poesía, a quién con cariño quiso compartir con todos nosotros la pérdida de su amigo. Fernando Arrabal firmaba estas letras que escapaban algunas lágrimas furtivas.



Se llamaba Martín y no sólo será recordado en su pueblecito de Burgos.


Soneto perfecto

El soneto perfecto estoy buscando
Como si fuera lágrimas del cielo,
Como ímpetu pueril de mi desvelo,
Paso abstraído el tiempo cavilando.
Vivo sereno pero estoy temblando,
Tiembla mi cuerpo altivo sin consuelo
Tiembla mi alma longeva sin vuelo,
La vida en su vivir se va acabando.
¿Porqué vendrá esta sombra seductora
A negarme la luz que tanto ardía,
A dejarme la noche sin aurora?
Oíd al corazón su melodía
Que libre canta, sueña y enamora
¡Oídle como late su poesía!


Martín Marcos, 30-12-2007


lunes, 2 de noviembre de 2009

RIDI PAGLIACCIO




Toda la vida me engañé pensando que la época más propicia para enamorase era la primavera. A lo largo de los años fue cambiando hasta llegar al otoño pero tras una vida amorosa Titánica (me refiero al barco no a la mitología griega), llegué a la conclusión que cualquier época era igual de fatídica para caer en manos de un estado de retraso metal denominado enamoramiento. A esta altura, no expondré los síntomas a nuestros escasos y mudos lectores que ya los habrán experimentado cuando leen estos delirantes relatos surrealistas. Prosigo. El caso es que esto no va ni del amor ni de las estaciones del año ni tan siquiera de ópera (es por el título), la razón de ser de estas sartas de estupideces es el Insomnio… es broma, es la causa de mi afección mental pero no el eje central… es El Tiempo.


De pequeño me gustaban los relojes. Un objeto que marcaba cada segundo sin pausa para conformar minutos y horas, etc…era algo mágico. Pasó el tiempo y algunas lecturas, pasó la infancia, la pubertad, la juventud… y el reloj ya no era un objeto mágico sino sádico.

En casa ya no tengo relojes, sólo un gato chino que gira el brazo con el puño cerrado y cuyo sonido es básicamente un segundero, cada puñetazo…un segundo…sesenta puñetazos…un minuto. El gato es horroroso pero junto a él tengo una foto de Robert Capa que compensa la horterada.

Son las 9.06 de la mañana del día de los difuntos, he llegado de currar ( no de trabajar) hará unas horas y las pastillas para el insomnio no hacen efecto…me tomaré una copita de Ouzo para ayudar a Morfeo y de camino terminar este relato ,suponiendo que alguien lo siga leyendo. Ahora vengo.

Ya he vuelto, como rasca este aguardiente griego. Bueno, iba por los relojes.

Más allá del mecanismo humano del reloj, el tiempo no es ni lineal, ni secuencial ni tan siquiera existe ( Sorpresa General ¡¡¡ , filósofos muertos hace miles de años se remueven en sus tumbas con esta afirmación). Existen segundos que son una eternidad en sí y años que transcurren como segundos, hagan memoria cada lector de lo expuesto desde su experiencia.

En el amor sucede lo mismo (lo siento, también iba del Amor), una mirada, aquel beso, el abrazo que jamás supimos que fue el último duraron unos segundos pero para algunos toda una eternidad.

El Otoño (lo siento, también iba de las estaciones del año) es la mejor época para ese Amor que dura una eternidad (otro día lo explico) frente a mi querida primavera que su amor parece ser eterno y acaba tan pronto en el aire como el olor de las rosas en flor.

Y para que este relato acabe con menos comentarios que los Puentes de Calatrava, mi último engaño final…escuchad si queréis la aria de Pagliacci ( Ridi Pagliaccio) interpretado por Caruso o Pavarotti…también iba de ópera.


Buenos Días o quizás Buenas Noches.



TIC-TAC… TIC-TAC…