sábado, 27 de diciembre de 2014

24 de diciembre



Últimas compras para cenas hipervitaminadas, hipealcoholizadas e hipercolesteroladas. A partir de las tres de la tarde el tránsito de compradores se resiente hasta dejar las calles desiertas. Algún que otro bar con las persianas a medio bajar va intentando dar largas a los feligreses más cansinos. Radio 3 hace una maratón de imprescindibles de navidad con Bing Crosby, Willy Nelson, Nat King Cole... Como consecuencia directa de la Crisis, la comida se ha convertido en un bien escaso...y el dinero...
Cena de nochebuena por menos de 5 € (sin contar el gasto eléctrico)
Tres zanahorias troceadas
Tres patatas partidas a gajos.
Dos puerros partidos en juliana.
Dos pastillas de Avecrem.
Una hoja de laurel.
Sal al gusto.
Un trozo de morcillo, tocino, hueso de jamón fresco y restos de un pollo descuartizado.
Agua y a hervir. Para servirlo, unos trozos de pan convertidos en picatostes y algo de jamón troceado. Falta la hierbabuena...
Tras un buen rato ya tenemos el primer plato, algo caliente con sabor a verduras.
Segundo Plato.
Patatas y huevos fritos.
Para picar.
Aceitunas, aguacate, tomate y cebolla mezclados a modo de guacamole chabolista.
Para beber, oferta de Lambusco de color rojo radiactivo.
Total : 5 más IVA.
Estos días he observado una paradoja que dice mucho de los tiempos en los que vivimos. Los africanos que controlan el monopolio de la mendicidad en las puertas de los supermercados Dia suelen susurrarte algo para que les dé algo. Estos días, susurraban menos de lo acostumbrado al ver las caras de los que salían de comprar. En una “rueda de reconocimiento de la mendicidad” el 90% hubieran elegido antes a los compradores que a los africanos. Creo que si sigue la Crisis, acabaremos viendo a los que mendigan dando limosna a los que aún mantienen el tipo a duras penas.
Estos días me han recordado la novela de Arturo Barea en la época que narra cuando era un chavalillo y trabajaba despachando en una tienda para ayudar a la economía de la familia. Entonces, como ahora, ser pobre era con suerte tener un trabajo y ahora como entonces , el sol brillaba menos.

Esperemos que 2015 sea menos deprimente y el sol brille de nuevo. 

martes, 23 de diciembre de 2014

HA, HA



Existen sueños recurrentes que no hace falta pertenecer a la secta freudiana para saberlos interpretar. Digo sueños o más bien pesadillas porque algunos nos tienen en tensión durante unos instantes que parecen siglos en el cortometraje de producción propia. Está aquel en el que intentamos escapar y no nos movemos del sitio, el de las arenas movedizas. Durante la época de exámenes produje uno en el cual la policía me perseguía por calles estrechas y oscuras al estilo New York city. Como ya dejé aquel vicio español de estudiar una “carrera”, la policía dejó mis pesadillas para dedicarse a identificar ancianos manifestantes de las preferentes. Ahora que caigo... que nombres damos en este país a los estudios universitarios: “Carreras”. Definición de Carrera : “ Se dice de los estudios universitarios que se inician en España y se acaban en cualquier país de Europa fregando platos”. Un chiste... Tres ingenieros europeos, un español, un inglés y un alemán está en un bar ¿ saben que dice el español?... Que van a tomar los señores... penoso... Nuestro querido Nelson, el de los Simpsons, en España tendría hernia de facial y esguince de dedo de tanto Ha, Ha... No nos engañemos, esto siempre fue así.
A finales del siglo XIX, viajeros ingleses que se daban una vuelta por las tierras de Cádiz, hogar de sus venerados Sherry y brandy ibéricos, se extrañaban que no se aplicaran maquinaria en los procesos de producción. Los terratenientes les respondían que la mano de obra era muy barata y además garantizaba la sumisión de la población. En el primer tercio del siglo XX, las únicas regiones de Europa que seguían con un sistema feudal eran Andalucía y Sicilia, el progreso no ha sido nunca una prioridad en este país. La histórica emigración gallega o asturiana no se ha debido a una cuestión de turismo sino a la necesidad de sobrevivir a condiciones sociales indecentes. Cuando no sólo los hijos de los de siempre accedieron a estudios superiores y cualquiera sin rancio abolengo podía ser abogado o ingeniero, empezó a circular el mito que en España sobraban licenciados. En un país donde estaba bien visto mofarse de quienes se preocupaban por formase y en la familia siempre te decían eso de “ mira tu primo manolito, sin estudios y lo que gana en la obra. No estudies tanto que no sirve para nada”. Lo malo de eso es que en parte tenían razón, manolito pillaba 3000 euros al mes y tu te dejabas las pestañas estudiando. Entonces, nadie pensó que cuando manolito le tuvieran que cambiar una válvula del corazón le haría falta un cirujano y no un encofrador.

Universitarios españoles no desesperéis ¡ aún hay esperanza. Siempre harán falta guionistas para el programa Mundo Mongolo.

Nota : A mí tampoco me ha tocado la lotería de Navidad

viernes, 19 de diciembre de 2014

Mundo Mongolo



Hace casi cincuenta años, Umberto Eco publicó un artículo titulado Apocalípticos e Integrados. Analizaba el futuro impacto de la Televisión en la sociedad. Sostenía que aquel nuevo elemento podía tomar dos derroteros totalmente opuestos. El primero, y deseable, que fuera una plataforma para la educación a distancia, para la universalización del saber y favorecer el avance del conocimiento humano, humano en el mejor de sus acepciones. El otro, la banalización de sus contenidos, acabando su uso como medio de control de masas. Hace ya demasiado, la segunda hipótesis de Eco se convirtió en Ley Universal.
La televisión dio paso a internet y como entonces, el debate de su uso final aún está por definirse.
Antes de los libros y la mal llamada “Revolución de las Tecnologías” , la Televisión era la ventana al mundo para quienes vivían en pueblos pequeños y aislados que su único contacto con la civilización fuera de su ostracismo, era una pantalla de 3X4. He obviado los libros y las bibliotecas porque en este país nunca fueron una prioridad a la altura de la sanidad o la educación... véase como están estas dos últimas...
Antes se intentaba disimular en los programas de Televisión la estupidez, la superficialidad de los temas a tratar o lo insustancial de su razón de ser. Hoy no tienen ningún reparo en regocijarse de ello sin sonrojarse.
Los coloquios del bien recordado José Luís Balbín dieron paso a peleas callejeras en directo a las que llaman, ya no coloquios sino debates... como si el fin fuera el resultado de una pelea de gladiadores.
Mundo Mongolo pretendía ser el título de un programa para dar respuesta a esta necesidad de programas basura, sin complejos, sin eufemismos. Presentado por cualquier poligonero sin expectativas vitales más allá de su marihuana y recibir la paga de sus padres. Sentado en un sofá y con los pies apoyados en una mesa de café, gorra de los yanquis de nueva york y arropado por los colegas del barrio, nos haría llegar los temas de máximo interés para todos. La primera sección consistiría en poner vídeos de youtube de gente cayéndose, monos fumando y perros apareándose. Tras sus risas y comentarios a la altura del mono del que se reían, abrirían un coloquio de como plantan cada uno su marihuana, trucos de conservación , logística de ventas al por mayor y retal, etc... Para finalizar, la última sección la llamarían Mundo Friki. Durante una hora, alguien con estudios superiores a primero de ESO disertaría sobre el origen de las especies o el impacto de la contaminación en las grandes ciudades o quizás expondría una clase de historia. Durante esa hora la pantalla se desdoblaría y veríamos al mismo tiempo las reacciones y comentarios de los presentadores y creo que no se diferenciarían de las del vídeos del mono fumando.

Es viernes de un otoño que agoniza entre niebla y mañanas frías. Volveré a leer “el arte de insultar” de Schopenhauer que a pesar de no ser mi pensador favorito, me ayudará por si algún día me ofrecen presentar Mundo Mongolo. 

lunes, 15 de diciembre de 2014

Un billete de tren


Miro a través de los cristales empañados a la calle. Hace frío. No veo a nadie ni tan siquiera algún automóvil en dirección a su hogar. Nadie. De fondo, el rumor de un programa soporífero con risas enlatas no perturba el silencio que reina fuera. Me doy la vuelta y observo la habitación bajo la tenue iluminación de bombillas de bajo coste. La chimenea sigue ardiendo con el lento crepitar de la madera húmeda. Vuelto a mirar a través de la ventana. Nadie. Pienso. Hace un año me encontraba mirando la calle desde la misma ventana. Nadie. Pienso. Vacío. La televisión se apaga y las risas falsas son sustituidas por el sonido aterrador del segundero del reloj de pared. Rio. Me acuerdo de la época cuando sustituí los relojes por un gato chino que daba puñetazos, un puñetazos... un segundo, sesenta puñetazos... un minuto... Al fin y al cabo, el tiempo también nos golpea. Enciendo un cigarrillo y sigo mirando a la calle. En verano suelo decir que prefiero el invierno, en invierno suelo decir que prefiero la primavera... me doy cuenta que no lo tengo claro. Doy un sorbo a un rioja de oferta. Entiendo porqué está en oferta. Es lunes. Ayer me acordé anotando la fecha en los partes de trabajo que era 14 de diciembre. San Juan de la Cruz. Durante años viajaba siempre en ese mismo día hacia Madrid sin saberlo hasta que una vez encontré los billetes de tren en varios libros a modo de marcapáginas. También hacía frío pero los reencuentros te hacían entrar en calor y olvidarte que había pasado un año. 

it's a wonderful life



Lo peor de la navidad es que cae todos los años en invierno... no sé como lo hacen.
Dicen que el número de suicidios y depresiones aumentan. Señores serios de batas blancas explican en los quince segundos que les dan en el telediario de las tres que se debe a lo entrañable de las fiestas. Creo que están totalmente equivocados, además los psiquiatras nunca fueron gente de fiar sino acordaros de Radovan Karadzic...
La Navidad es tan jodida porque siempre hace frío en el hemisferio norte. No es los mismo un 24 de Diciembre cortando leña a 10 bajo cero para que no se te apague la chimenea en el Pirineo de Huesca que un 24 de Diciembre en un chiringuito de la costa de Brasil tomándote una caipiriña.

Primer factor maligno : Los Villancicos.
De pequeños te podían gustar pero varias navidades después descubrías que siempre eran los mismos... en Guantánamo los utilizan como método de tortura psicológica... normal.

Segundo factor maligno : La Cena con la Familia.
Vamos a ver... si la paz social en basa en este principio de la física cuántica : “ La Felicidad de un individuo es proporcional a la distancia que mantenga con la familia” A mayor distancia más feliz... Si acabas comiendo al lado del cuñado gilipollas y la hermana tocapelotas pues ya está... miras de reojo el cuchillo de la carne para cortarte las venas o le pides a tu mujer que busque en el bolso el Trankimazin... 

Tercer factor maligno : El clásico de Frank Capra “Que bello es vivir”
Para compensar, las autoridades administran esta película por varias cadenas en navidad para intentar convencer a los aspirantes a suicidas que no lo hagan, que el mundo sería un lugar peor sin ellos... Me abstengo de hacer comentarios...

Para terminar esta oda a las fiestas que nos atropellarán en breve, ruego a los fabricantes de ropa interior que dejen de producir calzoncillos rojos, al 99% de la población masculina que no somos modelos de Gucci llevarlos el 31 de diciembre nos hace más patéticos de lo que somos.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Dios es pastelero



Del autor de clásicos como “Dios es de derechas” o “No tengo miedo, Dios es mi copiloto” hoy presenta “Dios es pastelero”.

Por higiene mental intento evitar los telediarios. Vi tantos hace tanto que ya me hice una idea de la realidad y vivo cada día en diferido. Para sobrevivir a estos tiempos, dejo que el inconsciente elija por mí, de todas maneras cuando tomaba decisiones conscientemente nunca acertaba... a ver si va a ser verdad aquello que tanto he escuchado...”Niño ¡¡¡ que eres un inconsciente” . Tengo otra teoría la llamo “diarrea mental”. Se trata de cuando pensamos y el resultado es una mierda. Así que siguiendo la estela de los smartphones y los métodos didácticos de los filandeses, dejaré de escribir a mano, calcular mentalmente, utilizar el ingenio para arreglar cosas con lo primero que vea, guisar sin receta y me compraré una pulsera de esas que te dicen lo que tienes que andar, cuando dormir, como comer y si ese día te toca sexo o no.
Adivino la pregunta que rondará por el pensamiento (consciente o inconsciente) del masoquista lector ¿Qué tiene que ver todo esto con que Dios sea pastelero?. La respuesta es... no lo sé, estoy funcionando en diferido, pregúntale a Cospedal.

Justicia para todos. No lo escribo en inglés porque google traductor no me funciona. Dos mil manifestantes en Boston. 26 detenidos. Soy un subversivo y calculo mentalmente que es un 1%. Pienso... (Ojo ¡ sigo con la rebeldía)...En una ciudad como Boston que será más grande que Madrid sólo dos mil personas salen a la calle para protestar por las barbaridades de la Policía norteamericana... me huele que los negros se están pintando de blanco... Obama es negro o lo era cuando lo hicieron presidente, aunque cada día lo veo más desleído...
Hace años la Convención de Ginebra se le cambió el nombre por el Club del GinTonic. A los nazis se les persiguió por crímenes de guerra ahora, la CIA tortura bajo el eufemismo de Interrogatorios Reforzados. Acabaremos llamando a los campos de exterminio paraísos vacacionales, al Hambre Dieta Mediterranea, a los muertos vivos en diferido y a las guerras Diferencias de Opinión... " esta mañana, en la diferencia de opinión entre Ucrania y Rusia, veinte personas han sido diferidas. En otro orden de cosas, el número de trabajadores españoles que trabajan en diferido aumenta. España gana la batalla contra la obesidad imponiéndose la dieta mediterránea"
Rajoy llama adanes a los de Podemos...porqué no caínes? Adán no era malo sólo que se dejó llevar por Eva que era activista del sindicato obrero del campo y ocuparon la finca “El Paraíso”, terrenos pertenecientes en copropiedad a la Duquesa de Alba y a Dios.

Presidente de la Comunidad de Madrid.
  • Señor Presidente. ¿ Abrirán los comedores escolares en navidades para atender a los niños sin recursos?
  • No. El compromiso de la Comunidad es luchar contra la obesidad infantil.
    Creo que ni los Monty Python se hubieran atrevido a soltar eso...
La verdad es que los telediarios son graciosos, lo anterior se emitió ayer. Hemos llegado a un punto surrealista en la sociedad que un día aparecerá Dios siendo juzgado en el Tribunal de la Haya. Cuando se le pregunte sobre su responsabilidades lo mismo escurre el bulto a lo Homer Simpson, soltando eso de “es que es mi primer día”.

Vuelvo a modo consciente que debo conducir mi clásico de veinticinco años y como me deje tirado, creo que mi smartphone  aún no sabe cambiar una rueda.

Cuando Sarajevo era Madrid





♫♫...Duke Ellington suena...sin Duke...media docena de velas iluminan, junto a la música, un subterráneo cuyas bóvedas amplifican el sonido hasta hacerlo más fascinante que las simples notas musicales....la que en otro tiempo fue una claustrofóbica estancia, ahora nos parece un palacio inundado por el humo de ansiolíticos
cigarrillos que no terminan de calmar manos temblorosas y tics nerviosos... Al fondo, una pequeña escalerilla sube a duras penas hasta una chapa de acero que hace de improvisada trampilla cuya apertura, de vez en cuando, ciega a los congregados recordándoles que sólo allí es siempre de noche... El saxofón marca el ritmo de la sui géneris interpretación de un jazz que me recuerda a las antiguas grabaciones en pizarra... Nadie vive allí en la realidad, es un viaje hacia ninguna parte, un espacio ausente de espacio, un tiempo ausente de tiempo... una mentira real de una ficticia verdad... nadie sabe en que día vive, hace ya que les dejó de interesar.... la batería toma el relevo... el bajo sigue atento para atacar en cualquier momento... un pequeño y destartalado piano consigue a duras penas hacerse notar... en aquel agujero hasta los chillidos de las ratas suenan a música celestial...
...Hoy, la ciudad cuenta con ciento cincuenta personas menos... de los presentes o de los ausentes según se mire... soy un privilegiado, estoy de paso... puedo permitirme el lujo de contar los días, las horas, los muertos.... estoy de paso... ellos seguirán aquí, algunos más ausentes que otros, enterrados en cualquier parque, tirado en cualquier calle, el resto seguirá con su tarea de sobrevivir...aunque sobrevivir no sea vivir...
A las tres mandaré la crónica del día, relataré esta jazz session para un público que con el café de la mañana
se quedará con lo insólito de la narración, con la anécdota...y tras ir al baño a cagar una comida que no les ha costado una carrera entre disparos, hacer una cola de horas o simplemente la vida, olvidarán lo leído sin saber que aquí, calentarse, comer o beber agua se paga con la moneda más cara, con personas que amaban o eran amados, hijos, padres, madres, hermanos que no volverán ese día ni el resto de los días... una mancha de sangre en el asfalto será todo lo que dejaran como recuerdo de una existencia.... Pero la música aún es gratis, alimento que mantiene almas en cuerpos cada vez más famélicos pero yo... estoy de paso.♫♫
Catorce de febrero de mil novecientos noventa y tres....día 285 del sitio de Sarajevo.



Cuando Madrid era Sarajevo


Ayer me desperté como casi todos los días. Me vestí, tomé mi pastilla para la tensión ( prefiero morir de cáncer de pulmón o súbitamente por insomnio que quedar postrado por una embolia cerebral) y preparé una cafetera con cigarrillos. Encendí el ordenador y me conecté a facebook después de mirar las inexistentes ofertas de empleo.
Al contrario que la mayoría, utilizo facebook de manera didactica en la medida de lo posible, bebiendo de la fuente del conocimiento ajeno. Agradezco a todos aquellos que publican que leen, que escuchan y obvio en que fiesta han estado o si se han comprado unas bragas en la rebajas.
Ayer me recordaron que había abandonado a Gloria Fuertes y … buscando... buscando... encontré un poema que se titulaba Cuando Madrid era Sarajevo. Lo que empezó como novela acabó como eso... un empiezo o un relato muy corto. En alguna conversación me preguntaban el porque mi fijación por el Sarajevo en guerra, aquella que ya nadie recuerda. Respondía una y otra vez que la similitud con el Madrid cercado de nuestra guerra civil me creaba esa necesidad de contar una historia, imágenes de seres humanos destrozados, caras desencajadas por el miedo, el hambre , la impotencia de una población indefensa...y seguía argumentando, teniendo que justificar el hecho de escribir sobre algo más allá del villorrio donde me parieron.

No sé si en esta vida cuenta las historias inacabadas pero quizás la vida consista en eso... en historias inacabadas... Hoy es domingo, apago un cigarrillo y seguiré escribiendo otra historia inacabada con la certeza de saber que al menos el botones y Dios saben que no soy tonto... ;)

En Madrid llovía metralla,
llovía injusticia,
llovían muertos.
Me regalaron un cordero.
"Tienes para comer un mes" me dijeron.

Los ojos del cordero me dijeron otra cosa.
Yo, por poco me muero de hambre.
El cordero se murió de viejo.
Nos cogimos cariño,
él y yo solos bajo los bombardeos.

Después iba a por hierba a los solares
para mi cordero.
Le enseñé a comer papel
con los partes de guerra
a mi cordero.

Gloria Fuertes.


viernes, 12 de diciembre de 2014

...




Caen las últimas hojas del otoño. El invierno llama a la puerta con sigilo. En el cielo bandadas de pájaros, a modo de flecha, escapan del frío viento del norte. Los perros vagabundos buscan un rayo de sol donde tumbarse. Mientras en el sur, se recogen los últimos frutos de temporada antes de mañanas heladas y noches perturbadoramente gélidas. El olor a chimenea inundan los paseos de media tarde. Las calles se iluminan con bombillas de bajo consumo recreando seres de otras latitudes con exceso de colesterol mezclados con folklore seudoreligioso y consumismo capitalista. Los sentimientos de culpa por no vivir en la calle y comer en Caritas nos hace empáticos un par de semana al año. Los bancos de alimentos sólo nos cobran una pequeña comisión por aliviar nuestras conciencias. Es más cómodo entregar un kilo de arroz a un aseado voluntario con chaleco reflectante que mirar a los ojos a quienes hacen cola para recogerlo. El invierno es lo que tiene...En primavera todo desaparece y en verano hay que preocuparse por reservar una semana en un todo incluido junto al mar. Pero aun quedan hojas por caer...

viernes, 28 de noviembre de 2014

LA SEMILLA



Los de siempre volvieron a adueñarse de todo. Bastaron unos años de bonanza, seguidos de la relajación que conlleva todo éxito para que la gente volviera a sentirse confiada y segura tras el frágil escudo de la razón. Pensaban que por fin la historia no volvería a repetirse. Esta vez, su victoria era absoluta. La historia dejaría de dar rodeos sobre sí misma, sobre los rincones obscuros del hombre y caminaría por fin recta hacía el futuro, hacia la luz de las grandes ideas. Pero no fue así, volvieron los de siempre, que en realidad nunca se habían ido, pues no hay rincones en el mundo para esconderlos a todos. Habían permanecido entre nosotros, los buenos, los confiados, fingiendo sus sonrisas y arrancando del pecho sus insignias.  Y un buen día, lamidas sus heridas, arrojadas al suelo sus máscaras de derrota, salieron de sus santuarios, bajaron de sus áticos, resurgieron de sus cenizas doradas,  con la cara descubierta y mostrando orgullosos sus bocas rebosantes de bilis y baba. Y de nuevo, su victoria fue rápida y precisa. Con patadas en la puerta y culatazos en el estómago volvieron a torcer la historia y modelarla a su antojo. En un hábil vaivén, con una rápida zozobra, con un hábil engatusamiento de los espíritus, se apoderaron de los hogares, se apoderaron de las fábricas, derribaron los museos para rehacerlos en cuarteles y lo que es más importante, se hicieron dueños de todas las escuelas, ese fue, en este nuevo abordaje, su primer objetivo. Mascando su rabia, agazapados tras el relámpago de un cañonazo habían corregido los errores de su pasado. Cauterizaron la memoria, redujeron la palabra a las catacumbas. Prohibieron el pensamiento y todo lo que pudiese engendrarlo. Se criminalizaron la tertulia, la caricia, el baile y el beso.



Amordazaron la palabra, al fin y al cabo, ella era la culpable de todo. Reunieron todos los diccionarios del mundo, formaron con ellos una gran pila y les prendieron fuego. ¡A todos! Que no quedase ninguno. Esta vez iban a ser certeros en su oficio de verdugos. Con todo, en un gesto de soberbia, de la condescendencia que gusta lucir el intocable, al que se cree invencible, rescataron una palabra, una sola palabra de una hoja arrancada de entre todos los diccionarios del mundo. Una palabra a modo de ejemplo, una palabra a modo de recuerdo, una palabra a modo de capitulación, una palabra a modo de juego y de exhibición. Una palabra como una moneda para que los pobres pudiesen comprar pan duro y los catedráticos se entretuviesen con ella. Así, esa sola palabra, tan insuficiente para un mundo poblado con tanta inquietud, con tanto llanto, con tantos sueños, pronto resultó insuficiente. Una palabra inútil y manida que daba pena pronunciar. La mascábamos en la boca y tras mucho morderla, seguía sin saber a nada, seguía sin decirnos nada. Una palabra exprimida, una palabra famélica, una palabra siempre agonizante. Una palabra anzuelo, una palabra asustada, una palabra vacía.



Pero ese fue el gran error de los de siempre. Fue ese minúsculo hueco de benevolencia por dónde se coló nuestra victoria. Porque una palabra, una sola palabra, por ridícula que sea lleva en sus entrañas un amago de germen. Una palabra es siempre un eco de lo dicho, pero un eco sobretodo de lo que queda por decir. Esa palabra exhausta fue creciendo en cada uno de nosotros, se transformó en noche agitada, en sueño, en brillo en los ojos, en viento, en ola, en risa y por fin, esa una única palabra, fue el clavo ardiendo de nuestra desesperación. Esa única palabra prestada fue la semilla de nuestro grito. Y gritamos, y los vencimos. Nuestra victoria no fue tan rápida como la de ellos, ni tan limpia, ni tan ordenada. Fue eso sí, la victoria definitiva. O eso creíamos hasta que ellos, los de siempre, volvieron a salir de sus templos, bajaron de sus áticos y transformaron en lodo sus cenizas doradas. El ruego del último de nosotros, aquel que fue el último en rendirse, fue sencillo, ingenuo, modesto. “Me rindo sí, a vosotros me someto, reconozco vuestra fuerza y a ella me encadeno, pero dadme al menos una palabra, no para mí, una sola palabra como una pequeña naranja, con la que pueda entretener a mis hijos”.

lunes, 18 de agosto de 2014

CABO DE GATA

Cada persona un mar,
cada corazón un puerto,
cada caricia un canto de sirena,
una orilla en mis manos, una cala en mis labios,
y en cada poema,
un faro.
           
 Soy una playa y con cada ola
atraca en mí todo un mar, y otro mar, y otro…
Algunos esconden tesoros,
o eso cuentan las leyendas marineras,
aunque desde hace tiempo,
sólo fondean en mis litorales
robinsones,
corsarios
o restos de naufragios.
           
     Desde los tiempos de los barcos de vela
soy un galeón desarbolado cabotando Atlántidas,
la brújula perversa del holandés errante,
la infructuosa carta de navegación
del Mar de los Sargazos: 
     Soy una isla buscando encallar en otras islas.

 

viernes, 8 de agosto de 2014

CAPERUCITA NEGRA



-         Me gustan tus manos. Con esos dedos tan largos serás capaz de hacer muchas cosas ¿verdad? – Mientras dice eso el hombre se imagina ya siendo recorrido por esos dedos y se estremece de placer.

Él no lo sabe, pero la mujer a quién le está hablando, mientras acaricia sus manos de largos dedos es una gran virtuosa de la música. El mundo lleva años sorprendido por la facilidad y originalidad con la que toca cualquier instrumento e interpreta a los mejores compositores. Todos creen que el secreto de su talento son sus largos, larguísimos dedos. Y es cierto, con dedos tan interminables como caminos sin recorrer no hay para Vera partitura que se le resista. Lo que el mundo ignora es que Vera odia sus manos, y en particular, esos dedos tan largos.



-         Ojalá pudiese cortármelas… - responde, interrumpiendo la caricia – las odio, ¿sabes? Odio estas manos con dedos como látigos. Y odio que todo el mundo me esté siempre preguntando por ellas.
-         ¿Por qué dices eso? Tus dedos son increíbles…
-         ¿Mis dedos dices? Estos dedos son un calvario, tan largos sólo sirven para hacerlo todo tarde, cuando ya no es necesario.
-         No te comprendo.
-         Con unos dedos así, por ejemplo, cuando acaricio el pétalo de una flor, tarda tanto en llegarme su sensación que cuando siento esa flor, solo siento ya la flor marchita… Es algo así como mirar a las estrellas, de las que solo vemos su luz de hace mucho tiempo…
-         Como hacer el amor y sentir el orgasmo horas después… - inquiere el hombre con cierta picardía
-         Sí algo así, me llegan las sensaciones cuando ya no las estoy buscando. Y mucho peor con las personas. Sólo logro palpar decadencias, arrugas, pieles yermas… El tacto que yo recibo son sólo ecos de la pieles que ansío.
-         ¿No quieres tocarme a mí?
-         ¿Para qué? Para saber en qué te vas a convertir… Seguro que no me gustará lo que sentiré… De hecho ni siquiera me gustas ahora.
-         ¿Quieres que me vaya?
-         Sí, mejor será…

            Ese es el dolor de Vera. Es tanta la distancia que crean sus dedos entre ella y el mundo que Vera se siente muy sola. Sus dedos, sus malditos dedos que ya no considera suyos, por mucho que unos y otras se empeñen en mostrarles sorpresa y admiración. Esos dedos son una condena para ella, un reproche que siempre llega puntual para recordarle todos sus errores, aquello que ya no podrá ser. Para ella es imposible ser feliz sabiendo que todo acabará languideciendo. Verá entonces se levanta del sofá y se dirige a su habitación, con el gesto triste, los brazos caídos y arrastrando sus dedos por la moqueta. Sabe que mañana se despertará con la incómoda sensación de estar cubierta de polvo. Así es la vida de Vera, condenada a llegar sólo a las ruinas.

(Un cuentecillo que se me ocurrió al ver esta pegatina en la puerta de un servicio. Dedicado a todas las personas de manos largas)
San José, Almería.

domingo, 13 de julio de 2014

BAGATELAS



     Se acumulan los ramos de flores y cajas de bombones junto con otros regalos más suntuosos, algunos incluso extravagantes, en el mostrador de recepción de la residencia de ancianos. Son todos presentes de amantes despechados cuyo amor no ha logrado aplacar el paso del tiempo. Y todos van destinados para la misma persona, una anciana recluida allí que sin embargo nunca ha aceptado ninguno de ellos. Lleva muchos años en la residencia y las monjas que la atienden no acaban de comprender esa actitud de desprecio hacía todos esos detalles de cariño. Escribiendo en un pizarrín le preguntan porqué nunca acepta al menos uno, pues es una pena que flores, bombones y demás bagatelas se echen a perder. Y la respuesta de ella siempre es la misma: “Recibí hace mucho tiempo el mejor de los regalos que un hombre puede hacer a una mujer”. La anciana se llama Therese Malfatti  y por culpa de una infección sufrida en su juventud está completamente sorda.

martes, 24 de junio de 2014

Una habitación sin vistas








Todo está en calma. En la calle, la luz del mediodía es cegadora. Apenas nadie transita salvo algún gato que con paso lento se resguarda del intenso calor colándose por alguna rendija abierta. Como párpados cerrados por una siesta obligada, las esterillas de esparto caen pesadamente por ventanas y balcones protegiendo las blancas casas del ambiente inflamado del verano meridional. Dentro, la vida baja los latidos de seres sudorosos y lánguidos. Todo está en calma. La oscuridad artificial de tupidas cortinas y persianas arriadas es rota por respiraciones acompasadas, por pequeños rayos de luz blanquecina que se cuelan por debajo de puertas y el leve movimiento de una brisa ardiente que mece el contoneo sensual de suaves visillos. Silencio. Todo está en calma.



lunes, 23 de junio de 2014

El espejo



 
 
Cuando viajamos dejamos de ser nosotros mismos para convertirnos en un extraño que conocemos bien. Cada viaje es el encuentro con ese “otro” que en nuestra vida diaria no dejamos que salga. Utilizamos una lengua distinta a la que usamos para pedir un café antes de entrar al trabajo. Nuestros oídos escuchan idiomas que tratamos de traducir y que nuestra mente intenta hacer inteligible con una familiaridad inexacta.
Cuando viajamos solos, observamos y reflexionamos más que en nuestra cotidianidad. Nos sentamos en un café, pedimos un refrigerio mientras nos convertimos en una cámara que capta cada gesto de los transeúntes, cada detalle de los edificios, la tonalidad de la luz que se refleja en las aceras... y nuestra mente , va traduciendo esas sensaciones que nos genera abstractos pensamientos sobre la vida que pasa antes nosotros, sin llegar a conclusión alguna. Nos sentimos distintos, somos distintos.
Volvemos a casa. Todo sigue igual pero algo ha cambiado. Regresamos a un mundo que reconocemos pero ahora sentimos que nos pertenece menos. Los amigos, compañeros de trabajo o la familia los vemos distintos. Nuestra forma de mirar a cambiado. No sabemos poner un adjetivo, un substantivo o quizás un verbo para explicar todo ello pero... no somos los mismos.

Cuando viajamos... los espejos se deforman.


viernes, 20 de junio de 2014

Hoy es un día histórico y yo con estos pelos

 
 
 
 
 
 



Para un mundo sin esperanza hasta el más imbécil puede ser el Mesías” Goran Zelic


La caída del muro de Berlín me cogió escuchando la radio por la noche cuando preparaba un examen de filosofía de 3º de BUP mientras me ponía hasta arriba de café instantáneo... lo suspendí. Unos años más tarde, el bombardeo de Bagdad en 1991 , también de noche, preparando uno de matemáticas, sólo recuerdo a Hermida moviendo la cabeza... sobra decir que... lo suspendí. Lo de las Torres Gemelas, recién levantado de una siesta cuando hacía los exámenes de septiembre en la Universidad... los aprobé... pero eso fue porque el nivel de la educación en España había caído tanto como para aprobar a un tipo como yo... La muerte de Lola Flores en el descanso de un curso de fabricación de calzados y hoy , la proclamación de Felipe nº 6, cortándome las uñas de los pies que las tenía como cáscaras de mejillones.

Nunca sé como actuar en un día histórico. En mi comunión, me calzaron unos zapatos pequeños y jamás he llorado de dolor como aquel día y encima me hicieron leer no sé que de un libro gordo... tartamudeé tanto que parecía que estaba hablando desde un móvil sin cobertura, supongo que la tecnología en micrófonos de entonces me ayudó a no parecer tan retrasado mental como era... y para rematar el pantalón que me “fabricaron” (porque estaba gordo como el Piraña de Verano Azul) me quedaba pequeño y apenas podía respirar. En la fotografía de la orla que tenía que perpetuar mi paso por las “altas instancias del conocimiento” resulta que la noche antes me pasé con el ribeiro en una fiesta de gallegos... me levantaron y casi en volandas, me llevaron a hacerme una foto para la posteridad. Tal acto humanitario escondía egoísmo puro por parte de mis compis porque era el que tenía “la camisa blanca” que nos fuimos encasquetando uno a uno para la foto... las ojeras de resaca y una perilla a lo “ángel del infierno” me ayudo mucho en el futuro para conseguir un empleo nocturno en condiciones de semi-esclavitud.

Viendo las imágenes de la recepción de Felipe nº 6 ( si pusiera VI , parecería que hablo de una botella de brandy) me recuerda la vez que me tocó ir a una recepción el 12 de octubre a la embajada de España en Roma. Por falta de costumbre o ignorancia en estos menesteres, mi vestuario consistía en varios pantalones vaqueros con agujeros por el uso (no por moda), tres camisas de la cuales dos parecían que se las había robado a un hawaino y la tercera en discordia tenía una enorme mancha de lejía. Un compi de entonces , cuyas cualidades no entraban el gusto por la ropa, me dejó una chaqueta de color verde radiactivo y unos pantalones marrones que me estaban enorme y cuya posición era más bien sobaquera , a lo Julián Muñoz ... parecía un kiwi a medio comer... Así, aquel kiwi desconociendo a que iba se encontró con una cola como la del metro para dar la mano a veintes personas. Mis nervios se transformó en un guiño de colega cada vez que estrechaba la mano, hasta que llegué al último de la fila que se suponía que era el embajador pero parecía un clik de Famobil. El resto es historia... los honorables del lugar se abalanzaron al jamón, a la tortilla y al vino... el kiwi se dedicó a beber gintonic y dulces que fue lo que dejaron las altas instancias institucionales después de arrasar con las cosas buenas.

Otro día os contaré la incompatibilidad de beber demasiado limoncelo casero y presentar una entrega de premios.



jueves, 15 de mayo de 2014

EN LA PUNTA DEL MEDITERRÁNEO...






I
 Aferrada a un litoral azul en el que la historia se vierte,
Andalucía de casas blancas
y hombres grises.
La luz del día cayendo a raudales como una hilera de recuerdos,
con sus mismos titubeos cada madrugada,
¿es este el pueblo que me ha llamado?
¿no será este un pedazo de tierra equivocada?

A la orilla del mar azul,
Andalucía con casas de cal y légamo
y mujeres como estuarios de sombra y aceite,
Andalucía de bruces contra unas olas incapaces de limpiar
los embustes que no se fueron con la noche,
los amores furtivos con sus besos caídos por la arena,
¿fue la grana y el oro quiénes gobernaron este pueblo?

Andalucía fue hace años trinchera,
grito de furia ¡detente fuga!,
de sal fueron sus casas cuando las miró Paco en su partida,
pescadores, jornaleros, cantaores, todos se fueron con él,
murió con él toda Andalucía,
se llevaron con ellos sus espaldas y sus ojos
labrantíos de sueños y requiebros,
volvieron a quedarse solas tus manos…
Pero la huída no era huída si era Camarón quién la cantaba.
Pero la muerte sí es más muerte si es tu silencio el que queda.

         A la orilla del mar quedó Algeciras baldía,
huera huerta de hijos huérfanos.
Detrás de Andalucía, montañas, y tras
las montañas, ecos de montañas aún más altas,
cuajadas de misterios moros.

         Andalucía tan cerca de ese otro mar de zanjas secas,
pretende la meseta ser ola en cada latifundio,  
se arriman sus viñedos a escuchar tus coplas,
disparates, gigantes, molinos, lidias y ocasos, 
todos quedan callados:
Entre mar y mar, Andalucía.
Entre silencio y silencio, tu guitarra.

         Pero son imparables los naufrágios 
que cada mañana llegan a los pies de Andalucía,
la capitulación de la locura castellana.
Así cada mañana vence el oleaje de arados y surcos
a este mar que separa gitanos de turcos.
Cada mañana…
vence la encina al olivo,
                   vence la niebla al rocío,
                            vence la cruz a la luna nueva,
                                      vence el ancla al viento,
                                               vence el silencio a la fuente,
                                                        vence dios al Hombre,
                                                                  vence la pena a la guitarra
                                                         
II

Andalucía, siempre tan cerca de las más bellas huidas,
clavada como un dolor en mitad de estos mares,
siempre cuna de sorpresas, siempre refugio de guitarras y poetas.

         Son tus sones ecos romanos y moros,
pueblo andaluz barbecho de naciones enteras,
secarral de esfuerzos,
páramo de conquistas y canciones.

Es tu guitarra, Paco, la única que sabe escribir en esta orilla
a orillas del verbo que se hizo arcilla,
llegó a este pueblo el compás a horcajadas del barro,
minúsculas muescas de fango que se convirtieron en astillas
clavadas en el corazón de los señores
brasas en la conciencia de los hombres.

         Aunque de ese primer incendio ya nadie se acuerda.
La voz de tu guitarra encalló en la belleza excesiva de tu caligrafía.
Es el ojo de tu guitarra pozo en el que Andalucía con gusto
se anega, lanza en él sus despojos,
promesas de vida nueva.
Unas se las lleva la mentira
otras quieren recuperar ese eco ancestral
de pozo como boca abierta, de pozo como ojo que mira.
¡Andalucía que ya a nadie vences,
Andalucía que ya nadie venera,
recuerda al menos lo que eras!
Una tierra en la que vencía el olivo a la cepa,
         en la que vencía el rocío a la arena,
                   en la que vencía la luna a la misa,
                            en la que vencían los andaluces a los dioses,
                                      en la que vencía la fuente a las cadenas,
                                               en la que vencía Paco de Lucía al silencio.

          III
          A la orilla del Mediterráneo,
apoyada tu espalda en la meseta,
¡sigue siempre Paco tocando tu guitarra!,
será siempre tu cuna Algeciras,
con todo un pueblo de andaluces 
que junto a ti caminan y te escuchan y respiran,
¡Cuándo deje de sonar tu guitarra,
no será Andalucía quién enmudezca,
será el Mundo entero quién se calle!