lunes, 27 de abril de 2009

Albert




En cada tecla ponía la pasión que no era capaz de tener para sí mismo. Albert vivía aislado del mundo en pleno corazón de Brooklyn en un pequeño apartamento de apenas 40 metros cuadrado. Todas las mañanas salía muy temprano camino del conservatorio, su verdadero mundo, lo demás era tierra de nadie.

Durante diez horas tocaba el piano, descansaba y volvía a tocar hasta la misma extenuación. Su relación en la tierra de nadie se limitaba a asentir con la cabeza, a sonreír o simplemente quedarse sin decir nada.

Sin embargo, hubo un tiempo que Albert fue un individuo que se desenvolvía muy bien en la tierra de nadie, se casó, salía a cenar, hablaba con sus alumnos y de vez en cuando, iba de vacaciones a lugares abarrotados de turistas con las narices embarradas en crema protectora.

Un día, en un solo segundo, su vida cambió. El tiempo no se paro ni siquiera el mundo, lo hizo como siempre, giró una vez al día y 365 veces al año. Albert superó la tiranía de la Física y su universo quedó mudo, pausado y ausente…Do-Mi-Re-Re-Do… El Mundo se convirtió en notas musicales , y en cada una de ellas, Albert interpretaba el dulce rumor de la Vida…

No hay comentarios: