miércoles, 21 de diciembre de 2011

EL CUENCO

En el pueblo creían que estaba loco. Se le veía deambular de un lado para otro, ajeno a todo lo que le rodeaba, pendiente únicamente de sus manos, que las llevaba alzadas en forma de cuenco. Algunos pensaban que quería así atrapar la lluvia. Pero llegaron los primeros aguaceros,  sus manos se transformaron en cascada, y él seguía caminando errático, sin dejar de mirar fijamente ese precario cuenco. Nadie sabía en realidad, que con sus manos, pretendía retener eternamente la curva de los pechos de la mujer que amó por primera y última vez.

LA REVOLUCIÓN

Los directivos de las televisiones, públicas y privadas, no se ponían de acuerdo a la hora de pactar quién y a qué precio retransmitirían la llegada de La Revolución. Aunque sería un acontecimiento global, de suma importancia para todos, se presentía que el número de espectadores del evento sería mínimo, pues ese día, estaría todo el mundo en las calles.
LA BIBLIOTECA PUBLICA DE ALBACETE OS INVITA A LA PRESENTACIÓN

DEL  LIBRO “CUENTOS HECHOS CON RETALES” de

JULIÁN MARÍA GUZMÁN TAPIA (descoordinador de este club)

Durante el acto se realizará la lectura de algunos cuentos por parte de
Josefina Esbert (declamadora) y Ana Casas García (actriz),compañeras de nuestro club de lectura
con música de Juanjo Rodríguez (guitarra).

DÍA 22 DE DICIEMBRE, A LAS 19:30 EN EL SALÓN DE ACTOS
¡¡¡ESTÁIS TODOS INVITADOS!!!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "CUENTOS HECHOS CON RETALES"


¡Pues sí, una pequeña locura que ha ido creciendo hasta hacerse una locura real!

El DÍA 22 DE DICIEMBRE, A LAS 19:30,  como no, en la Biblioteca Pública de Albacete, donde trabajo y donde espero que la vergüenza sea menor, se presenta el libro "CUENTOS HECHOS CON RETALES" y los retales, pues son las ideas, las imágenes, las frases, las bromas que han ido surgiendo en los duelos literarios que han ido apareciendo en este nuestro pequeño rincón literario. Juegos, combates a capa y bolígrafo entre Cristina, Javier, Goran Zelic y yo mismo, Julián. Y de esos retales, pues han surgido esos cuentos que espero que os gusten, y que además sirvan para seguir invitándoos a entrar y participar  tantas veces como queráis en nuestras entrañanles pendencias narrativas.

Durante el acto se realizará una lectura de algunos de los cuentos por parte de Josefina Esbert (declamadora) y Ana Casas García (actriz) con música de Juanjo Rodríguez (guitarra).

Un saludo a todos y lo dicho, os espero el día 22, traeros una cesta repleta de tomates y demás verduras pringosas que se os ocurran.


Y estas son algunas de las librerías donde se puede adquirir un ejemplar, para todos los que no puedan venir, que serán muchos.






Un saludo a todos, y muchas gracias a todos los que alguna vez se han pasado por aquí. Ahora, a darle un empujoncito para que pronto sean Cris, Javi y Goran los que hagan realidad sus mejores sueños, en la forma que ellos quieran...

martes, 8 de noviembre de 2011

REACCIONA

                  Hace demasiado frío en la calle, así que decido acortar el paseo y entrar antes de tiempo en la peluquería. El macuto que siempre llevo conmigo, está cargado de libros con los que pienso, podré soportar mejor la espera. Además, las peluquerías siempre me han parecido lugares interesantes en los que es difícil aburrirse. En ellas puedes observar casi con total impunidad a las personas que las habitan, tanto empleados como clientes de paso. Observar sus gestos, pero sobretodo, escuchar los comentarios de unos y otros, suele ser una experiencia más que interesante, un buen caldo de cultivo para posteriores divagaciones e incluso futuros relatos como este que ahora mismo escribo. La misma sensación de curiosidad me embarga en otros lugares en los que es inevitable permanecer con muchas personas desconocidas, durante un tiempo indefinido, en un espacio relativamente pequeño. Sitios tales como autobuses de línea, colas del paro, salas de hospitales y un largo etc. Lugares a los que todos alguna vez nos hemos visto abocados y en los cuales, a poco que uno se fije, discurren a modo de pequeños relámpagos sociales, historias medianamente asombrosas. De cualquier modo, en esta ocasión, llevando varias lecturas atrasadas como llevaba en el macuto, no tenía pensado ponerme a curiosear soterradamente por la sala de la peluquería. Sin embargo, sí me apetecía mucho más, concluir alguna de dichas lecturas. Así, retomé el libro que he estado leyendo estos últimos días, “Reacciona”, un libro que surgió a la sombra del incendiario “Indignaos”, en el cual, varios periodistas, jueces, profesores o economistas, intentan resumir y explicar de manera somera las causas de la crisis económica actual, crisis, que leídos los primeros artículos de dicho libro, se extiende también a otros ámbitos, tales como la educación, los medios de comunicación o la clase política. Tras describir un panorama realmente desalentador en todas estas esferas sociales, mucho más demoledor resulta comprobar la nula resistencia y voluntad de reacción que la propia sociedad ha desarrollado frente a tantas venas abiertas. Una sociedad, que se ha dejado engatusar por los dulces cantos de sirena de un capitalismo feroz, y que ahora está dominada por valores totalmente económicos, en los que todo se ha convertido, incluidas las personas, en un valor de mercado, y en la que campea a sus anchas sentimientos tales como el egoísmo, la ociosidad, el desarraigo, la incultura y un largo etcétera de patéticas pasiones. Frente a esto, pendientes únicamente de placeres artificiales y fugaces, con un espíritu completamente maniatado, hemos perdido nuestra capacidad de razonamiento crítico, de compromiso social, de altruismo; valores humanos, al fin y al cabo, sólo en base a los cuales se puede construir una sociedad mejor. El libro, como todos los libros de estas características, marea un poco con multitud de datos estadísticos, a cual más negativo y demoledor: datos alarmantes de paro, de precios de hipotecas, de escuelas privatizadas, de servicios sociales eliminados, de corrupción política, de medios de comunicación vendidos al mejor postor. Pero más espantoso resulta comprobar como frente a estos datos claros, precisos y tan preocupantes, la sociedad que los sufre permanece adormecida, atontada, ajena incluso a esos problemas y quiénes los han causado. Los culpables de tanto mal siguen impunes, expoliando una y otra vez nuestros bienes económicos, sociales y culturales, respaldados por un sistema corrupto, que no solo no los enjuicia sino que incluso los protege y respalda. Es por lo tanto, este, un libro, muy recomendable, una llamada de atención a nuestras conciencias, una llamada que todos debemos escuchar, meditar y difundir. Un libro que hay que leer, pese al malestar que va creando en tu interior conforme te adentras en tus páginas, o que precisamente por eso hay que leer, por como te revuelve el estómago y empieza a crear en tu interior un amargo gesto de pataleo y revuelta.

                    Pero volvamos a la peluquería, donde ya casi, llegaba el momento en el que me atendiesen, y dónde sólo había podido leer, y de manera algo precipitada, uno de sus capítulos, concretamente el dedicado al vapuleo que constantemente sufre la cultura, de manos de unos medios de comunicación y avances tecnológicos agresivos y muy desproporcionados. Ahora sí, pasé algunos minutos observando todo mi entorno. Sensible como estaba, después de leer las páginas que había leído, me fijé de inmediato en el chaval que estaba siendo atendido en esos instantes. Un muchacho joven que no dejaba en ningún momento, mientras el peluquero hacía malabarismos para no enredarse con él, de toquetear y jugar con su móvil. Me resultó una imagen esperpéntica, fiel alarma y reflejo de lo que había leído apenas unos minutos antes. Además, mientras toqueteaba a ritmo frenético las teclas, no dejaba de comentar a un amigo todo lo que iba haciendo. Hablaba de guasas, gepeeses, emepecincos y demás sandeces tecnológicas, con la misma pasión que se habla de dios, de la mujer a la que se ama o del delantero centro al que se venera. Yo me pregunté, si se comportaría del mismo modo mientras se duchaba, follaba con la novia o mientras comía. Puede que no, pero viendo su actitud compulsiva, seguro que no tardará mucho en comportarse así. Ya es muy común ver a gente por la calle con el móvil en la mano, toqueteándolo del mismo modo obsesivo, completamente absortos en el aparatito. Yo mismo, lo suelo llevar a veces en el bolsillo, enchufado a unos cascos, a los que en el otro extremo, están enganchados mis oídos. Y no me sirve la excusa de que yo los llevo para escuchar “sólo” la radio o algún curso que otro de inglés. De igual modo, camino por la calle ajeno a la verdadera realidad que está discurriendo a mí alrededor. Y es que todos en parte somos culpables. Todos estamos dormidos y lo que es peor, todos estamos resignados. Nadie en la peluquería parecía darle importancia al comportamiento tan extravagante y maleducado del muchacho, nadie le reprochó nada. Yo mismo, pese a la sorpresa, no dije nada en ese momento. Mi único gesto de reacción: que ahora estoy escribiendo esto.
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Continuará...

miércoles, 2 de noviembre de 2011

REFERENCIA 19º CASO RESUELTO "BOBY" (SAULO Y EL MESÍAS) (FIN)

Ahí, entre las sombras estaba ‘Boby’, sentado sobre una alfombra persa, meditando.

Me identifiqué, informé que me mandó a buscarlo su mamá diputada evangelista.
Se levantó con esfuerzo, las ojeras le llegaban hasta el ombligo, me tomó del brazo y entramos a un privado. Nos seguía una pendeja de una belleza y frescura tal, que presagiaba su destino trágico.
‘Boby’ le pidió café para dos, encendió la luz, me hizo pasar.
Supuse que, como suelen hacer todos en las villas, estaban enganchados y no pagaban energía eléctrica. Indagué por qué no ponían electricidad en el resto de la escuela.
—Necesitamos los fantasmas de la oscuridad —respondió hermético.

La verdadera historia
El Mesías había sido chico de la calle educado por un sacerdote del tercer mundo.
De grande tuvo visiones, sobrevivió a un rayo, escuchó voces celestiales y afirmó ser hijo de una virgen. Se hizo llamar ‘Mensajero de Dios liberador de pueblos oprimidos’. Sus adeptos debían adorarle y llevarle ofrendas.
Vivía rodeado de pendejas con las que danzaba, cantaba y cogía infatigablemente.
Incitó a los villeros, como medio de derribar el orden establecido, a hacer lo mismo. No faltó entusiasmo.
En la fase itinerante caminaba las miserias, rodeado de discípulos y fieles, en busca de una tierra sin el mal. El grupo de desventurados se llamaban a sí mismos ‘Los Aseados’, ‘Los Probos’, ‘Los Hijos del Hombre’. Desempeñaba el papel de un jefe tribal orientado a lo social y la vida cotidiana
Cayó en las garras Satanás: ‘El paco’.

‘Boby’, apenas recibido en la Harvard Business School, llegó a ‘Sangre y Sol’ de la mano de la Corriente Clasista y Combativa. Conoció al Mesías. Se hizo llamar ‘Saulo el Apóstol’. Inició unas cruzada para reemplazar paco por blanca.
—Mantiene la clientela cautiva, no mata rápido y deja una jugosa diferencia —aclaró como si yo no supiera.
Acabaron asentándose en la vieja escuela de la villa ‘Los Cuarenta Guasos’. Paulatinamente suplantó, en sus funciones, al Mesías.
Tomó el proyecto como propio. Para financiarlo, volvió a la prostitución ritual de la antigua Babilonia, proveyó a casi todos los lenocinios de la provincia.
Pero los fieles querían coger. Se vio en la necesidad de poner orden en esa orgía desenfrenada que afectaba la provisión demateria prima.
Convenció a los hombres que el pecado original había sido violar el mandato de la renuncia. Con rigurosa lógica sugirió que sólo podrían purgarlo con la amputación de los órganos pecadores.
Acceder al reino de Dios requería de dos abluciones: “La Mínima o Hipócrita” que sólo extirpa las pelotas (con todo y escroto), y “La Espléndida” que amputa pija y huevos.
La inmensa, piadosa mayoría optó por solucionar el problema de raíz.
Mis sospechas se habían confirmado.
Dando por sentado que ‘Boby’ fue el primer ejemplo, pregunté en un exabrupto —¿Quién embarazó a todas esas pendejitas?
—Acá, casi todos los hombres mean sentados —respondió rascándose las bolas, con sonrisa irónica.

El hombre propone y Dios dispone
La señora presidenta de la Nación, con manifiesta hostilidad a todo lo que sea libre empresa, y para combatir la trata de personas, prohibió el rubro 59 (clasificados de los diarios, ofertas sexuales).
‘Boby’ supuso que los prostíbulos irían cerrando uno a uno, que la secta iniciaría un proceso de descapitalización y que las relaciones de producción volverían, paulatinamente, a un sistema de dominación vinculado a la fuerza relativa de sus miembros. Como responsable institucional decidió un salto cualitativo: La fuga hacia adelante. Transformar lo que era sólo una secta localizada, en una ‘Iglesia Universal’.
—Abriré sucursales en la villa ‘Ciudad Oculta’ de Buenos Aires—comenzó a enumerar —En la villa ‘La Lata’ de Rosario. También en Mendoza…
Para interrumpir su entusiasmo estadístico (de lo contrario no me iba más), le sugerí que cambie de nombre. ‘Iglesia Universal’ tiene propiedad intelectual en Brasil. También aconsejé que no actuara en caliente, el decreto de la señora presidenta podría tener las mismas consecuencias que la ley seca de los años treinta (USA. SXX) Le sugerí que tal vez sea mejor armar a los castrados y retornar con su mamá diputada evangelista.
Prisionero de su responsabilidad, ‘Boby’ se negó a regresar.
Por no devolver al marinerito, la diputada evangelista pagó sólo el cincuenta por ciento de los honorarios.

En definitiva, el Mesías trató de salvar a los villeros. Saulo, en el mejor de los casos acabó cortándoles las bolas. Y yo, yo tengo otro caso resuelto.

FIN DEL CASO
“Julio César ‘Toto’ Flatuletti”

Detective privado free lance
Bv. Chacabuco 1300 -‘El Paraíso’ - Pregunte por Toto
http://flatuletti-detectiveprivado.blogspot.com/

viernes, 21 de octubre de 2011

REFERENCIA 19º CASO RESUELTO "BOBY" (SAULO Y EL MESÍAS) (3ª PARTE)

La investigación
Como siempre, la planta de tratamientos cloacales desbordaba crudos al Suquía. El río parecía de oro líquido, los niños mitigaban el verano. Para mi sorpresa, la mierda estaba dejando de oler.
‘Boby’ tendría hoy unos treintipico más. Con escepticismo fui mostrando la foto (de marinerito) que me dio su madre diputada evangelista.
Lo reconocieron como Saulo, apóstol del Mesías, en la villa ‘Los Cuarenta Guasos’. Gendarmería y policía evitan allanar, no se atreven.
No me sorprendió que lo identificaran, es de vida o muerte saber quién compite al lado.
Volví a la parroquia para despedirme del galaico.
Irrumpí de sopetón.
El cura, sin pantalón ni calzoncillo abrazaba al pendejo desnudo a la altura de los glúteos. Le mamaba la pijita arrodillado en sagrada oración. Con tres dedos de la izquierda le dilataba los esfínteres.
Pretendí sumarme. El galaico agitó la diestra sin dejar de succionar. Me hice humo para no romper el idilio.

‘Los Cuarenta Guasos’
Ahí fuimos ‘Glock 380’, ‘Anaconda 44 magnum (Colt)’ y yo, luego de municionarme.
Preguntar por el Mesías gatilló, en el puntero político, la señal de la cruz. Señaló la escuela sin docentes, de cuando la villa profunda sólo era un caserío de chacras.
Sobre el dintel del portón un banner con el dibujo de un pergamino: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros; fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría. (Colosenses 3 – 5)”
Fieles vestidos con una especie de camisón o túnica, rezaban en el patio sobre trapos de piso Media Naranja. En señal de sumisión ofrecían el culo apoyando la frente en el suelo. La escuela no tenía electricidad, pendejitas semidesnudas deambulaban afanosas trasladando velas de todo tamaño y color.
Suponiendo que Saulo estaría con el Mesías, pregunté a la más bonita dónde podía encontrarlos. Señaló con la cabeza una puerta del primer piso.
Ahí fui.

Aula ‘Los justos’.
El pergamino sobre la puerta rezaba: “Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. (San Mateo 18 - 8)”
Abrí sin golpear, no debí hacerlo. Era una cocina de cocaína, me abrumó el aroma a blanca. Fraccionaban ravioles con una dosificadora manual. Acudió a enfrentarme un roperazo mostrando las fauces.
Me dispuse a vender cara la vida, desenganché el suelte rápido que sujeta a ‘Glock’ en la tobillera y amartillé a ‘Anaconda’ (acuchada en la sobaquera)
Opté por la verdad —Busco a Saulo apóstol del Mesías por cuenta de su mamá diputada evangelista —le dije de corrido esperando lo peor.
Me mandó al salón de actos.
La noche llegaba rápidamente.

Aula ‘Sion Celestial’, supuse por el nombre que era el salón de actos.
El banner decía: “Si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno del fuego (San Mateo 18 – 9)”
Esta vez golpeé, no atendió nadie, entreabrí cauteloso. Hombres y mujeres aullaban himnos, danzaban frenéticamente.
Pregunté a los gritos por el Mesías.
—No es acá —me dijo una jovata que se desprendió de la masa imbuida en el espíritu santo. Me mandó propiamente al salón de actos.

Llegué a ‘Los hijos del Señor’
El pergaminorezaba: “Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que así mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba. (San Mateo 19 – 12)”.
Una pavorosa sospecha invadió mi mente, sacudió mi moral.
Atendió una mujer tan fea que ni una cazuela de testosterona haría que la volteara, me cedió el paso.
Incontables velas rojas y negras dibujaban sombras aterradoras.
Al fin. Tirado en la cama, dado vuelta por la droga, sonriendo estúpidamente, perdido en la inmensidad del salón estaba el Mesías. Le salía blanca por los poros, reprimí el deseo de lamerlo.
Pendejas embarazadas, con tules transparentes, se afanaban a su alrededor. También lo rodeaban algunos apóstoles en un ambiente cargado de misticismo mágico.
Uno de ellos cantaba salmos, atiplado como Montserrat Caballé, supuse que era Saulo.
Me fui de boca y lo interrumpí —¿Boby…? —Me miró como a una cucaracha (me sentí como tal). Señaló con el pulgar atrás de sí y continuó sus alabanzas.

FIN DE LA 3ª PARTE

Asesinatos Secuestros Seguimientos Extorsiones Divorcios
¡Violaciones!
Descuentos a jubilados, estudiantes, menesterosos y clase media.
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viernes, 14 de octubre de 2011

EL 15 DE OCTUBRE, SAL A LA CALLE

Convocamos a todos, en calidad de ciudadanos, a salir a las calles del mundo, el día 15 de OCTUBRE, a las 18 horas, bajo el lema “UNIDOS POR UN CAMBIO GLOBAL"

 

Manifiesto


Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.
Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.
Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:
  • Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
  • Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
  • El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
  • La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
  • El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
  • La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
  • Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
  • Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
  • Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.

Por todo lo anterior, estoy indignado.
Creo que puedo cambiarlo.
Creo que puedo ayudar.
Sé que unidos podemos.
Sal con nosotros. Es tu derecho.

sábado, 1 de octubre de 2011

REFERENCIA 19º CASO RESUELTO "BOBY" (SAULO Y EL MESÍAS (2ª PARTE)

El hecho
Abdón había escamoteado un vuelto de veinte mangos, correspondiente a la última compra que hizo Braian para el cura. El galaico le reclamó al pendejo, éste puteó a don Abdón y el conflicto derivó en negarse a continuar vendiéndole alcohol, cigarrillos y fana por ser menor de edad, y faltar el respeto.
El cura restó importancia al acontecimiento. Supuso que los genes del turco priorizarían utilidad sobre orgullo. Volvió a mandarlo a comprar vino al día siguiente.
El pendejo sacó un tetra brick de la góndola. Cuando fue a pagar, Abdón quiso retener la caja de vino.
Braian arrojó su plata al mostrador y salió corriendo.
El Comando de Acción Preventiva (CAP), que había salido a chupar alguien al voleo, logró prevenir la fuga.
Encontrado in fraganti, cagaron a palos al malhechor y lo trasladaron al precinto.
Tres días después, la fiscal María José cuatro apellidos imputó a Braian de robo calificado por estar armado, pidió prisión preventiva.
El juez del mismo fuero, José María dos apellidos, consciente de la peligrosidad del hecho, aprobó el pedido.
El galaico visitó tribunales, habló al magistrado con el corazón, imploró la restitución de Braian a su madre.
El juez respondió que tenía la íntima convicción de culpabilidad, aprovechó para pedir la bendición.
El defensor oficial apeló la detención por irracional, basado en el ‘Principio de Insignificancia’:
“La detención por este hecho, que en casos de adultos ya sería un absurdo, lo es más en el caso del menor. La Convención de los Derechos del Niño impide llegar a una situación semejante” —Alegó en el escrito.

Rechazado.
Con el fin de evitar la prisión preventiva, el defensor pidió la elevación a juicio.
Rechazado.
El juez cajoneó el expediente dando tiempo, a los penitenciarios, para que inicien al pendejo a levantar ‘R12’, ‘Ford Falcon’, ‘Peugeot 504’… (Modelos que ya no se fabrican) y transformarlos en repuestos.
El galaico tenía razón, no salía más, supuse se sentía culpable por haberlo puesto en los engranajes de la máquina judicial.

Saber es poder
José María dos apellidos, como muchos de la sagrada familia judicial de Córdoba, es cliente habitual de ‘El Paraíso’, exhorta a Strella que le rompa el culo.
Me pregunto si no es una especie de catarsis —¡Tienen tanto poder, los jueces…!
El magistrado está enamorado, perdió totalmente la capacidad de fingir indiferencia. El amor lo volvió débil, expuesto, torturado.
Seguí el hilo conductor. Pelé el celular, llamé al oficial de justicia amigo. Le pedí que hable con el juez y lo ponga en situación. Nunca es gratis meter el pecho como yo lo hice, pero el galaico lo meritaba por buen tipo.
Al rato me habló para decirme que Braian estaba confesando en el precinto.
Insistí sin eufemismos.
A la hora, un móvil del CAP traía al pendejo de vuelta. Su cuerpo exudaba el mismo olor que el baño público de la Plaza San Martín. Su aliento olía a muerte.

—¡Vete a bañar! —Ordenó el cura en gallego, y agregó —Usa mi cepillo de dientes, hay toallas limpias —Braian obedeció.
Al fin podría dedicarme a la desaparición de ‘Boby’, me despedí del cura no sin antes recordarle el favorón que me debía.

FIN DE LA SEGUNDA PARTE

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jueves, 29 de septiembre de 2011

REFERENCIA 19º CASO RESUELTO "BOBY" (SAULO Y EL MESÍAS (1ª PARTE)

Sherlock Holmes Philip Marlowe Sam Spade Hércules Poirot Lew Archer

Atención

Nuevas prestaciones: EL PARAISO, PROSTÍBULO & ‘Hiper Market’ DE MITOS

“Sexo Tiempo Compartido”

Como siempre: La más moderna forma de investigación, precios populares

Dejé el caso ‘Boby’ para reorganizar la seguridad en el primer subsuelo del prostíbulo, quimeras sexuales, pagan triple la hora.
Strella, algo así como la intelectual de ‘El Paraíso’, históricamente responsable de festejar el día de la mujer, le sacó el culo a la jeringa.
Los dueños del prostíbulo cargaron el agasajo sobre mi lomo y bajaron la orden —¡Exhiba la mercadería!
A la mierda las horas triples. Sólo con el desfile laburé gratis más de veinte días.
—¡Institucionalizá la fiesta! —Me conminó Strella camino al baño —Ahí está la mosca —llevaba bajo el brazo: ‘Estudios sobre la sociología de la religión’ de Max Weber.
Yo no entendía nada, lo captó al toque.
—Invitá líderes, subí el treinta por ciento los aranceles y eficientizá la renta.
Se anotó hasta el secretario histórico del Partido Obrero de los Trabajadores Socialistas.
‘El Paraíso’, responsable de un mes inflacionario.

El desfile
Mil globos rosas. Los travas abrieron el recorrido en tanga para evitar la competencia desleal. Siguieron los y las subtrece, mezclados, desnudos, tomados de las manos, con alas de angelitos. Por si las moscas, a modo de aureola llevaban un número como identificación.
Pasaron todas, todos, acompañados por aplausos y festejos de autoridades presentes.
Cerraba el desfile la guardería ‘El oso libidinoso’, semillero de ‘El Paraíso’.
Inspirado en Hansel y Gretel hice poner un caminito de bolas de vidrio para que los ángeles las recogieran sin desviarse de la pasarela. Los que sabían hablar las atesoraban al chillido de —¡Bolitas, bolitas!

Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI)
Cayó de sopetón una inspectora gorda, de carácter podrido, acompañada con un oficial de justicia que trabaja en el juzgado de José María dos apellidos. A los juanes de apoyo los dejaron en los móviles a fin de permitir el desbande de la clientela y evitar un escrache. Sólo quedaron expuestos dos empastillados y un fumado.
No hubo forma de hacerle entender que los inocentes no aludían a bolivianos. Chillaban por las bolas de vidrio. Para demostrarles que yo tampoco discrimino, juré que soy amigo íntimo de una de las hijas de las sirvientas peruanas que trabajan en ‘El Paraíso’.
La morsa necesitaba justificar el sueldo.
Afortunadamente los subtrece ya habían pasado, los angelitos de la guardería desfilaban en pañales (no estaba previsto la escatológica), el dealer había salido a reponer merca y el oficial de justicia me debía favores.
Sólo tres días de clausura, los medios ignoraron el tema.

No hay mal que por bien no venga. La suspensión me permitió continuar investigando el caso ‘Boby’ en ‘Sangre y Sol’. Cosa nada fácil teniendo en cuenta (según Strella, refiriéndose a los villeros) que la satisfacción del consumo lúdico en manos privadas, acrecienta sus necesidades hasta lo insoportable, que deseos y libido mutan a delitos punibles y la muerte acaba siendo un instrumento de limpieza.

No más al pisar la villa, el cura me desvió de mis propósitos.

—¡Metieron preso a Braian! —arrebató al verme. Puse cara e’nada —¡Tiene que sacarlo! — enfatizó.
Quién es Braian? —pregunté.
—El chico que le cuidó a ‘Glock’ en el conflicto del inodoro.
Pensé que estuvo viendo mucha tele o se fumó un narguile y le contesté con algo de violencia —Primero, no me cuidó a ‘Glock’, me la choreó. Segundo, sacar alguien de la tumba es costoso, uno queda obligado a devolver el favor para todo el viaje. Tercero, se lo entregarán a la madre con pocos magullones, apenas tiene doce.

—Braian es el único sostén de su familia, —protestó el galaico —usted los conoció, sabe cuántos hermanitos son…
—¡Y…?
—Fue detenido en el super de Abdón por comprar vino bajo amenaza —insistió —¡Comprarme un tetra brick bajo amenaza, puede creerlo? ¡No sale más!

Me rogó, imploró que le dé una mano.

FIN DE LA PRIMERA PARTE

“Julio César ‘Toto’ Flatuletti”
Detective privado free lance
Bv. Chacabuco 1300 -‘El Paraíso’ - Pregunte por Toto
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miércoles, 7 de septiembre de 2011

SINÓNIMO

A veces,
resulta muy bello
sorprenderse en las sílabas de otros,
resulta gratificante
parecer un sinónimo retoño de Tagore
Bécquer o Pasolini
e intuir,
durante el suspiro que perduren sus versos,
como no se ha errado completamente
la existencia.

No importa
que sus coplas resulten un plagio legal
y visionario
de las rimas y del destino
que tú te deseabas.

En realidad,
descubrirse en las líneas de otro,
supone algo así
como naufragar en una isla repleta ya de
viernes y
robinsones.


jueves, 25 de agosto de 2011

TUNARI

Dormían tan apretados, con sus manos aferrándose con ansia a la espalda del otro, con sus cabezas tan pegadas la una a la otra, que sus cuerpos acabaron siendo sólo uno y sus sueños, el de él y el de ella, era cada noche el mismo...

lunes, 11 de julio de 2011

LÁGRIMAS DE ANDALUCÍA

En el pueblo todos pensaban que estaba loca. Ella salía todas las noches y se abrazaba desnuda al tronco del olivo que había en su patio. Le imploraba al árbol que se transformase en un hombre, ella necesitaba un hombre. Era tanta su desesperación que clavaba las uñas en su corteza hasta que empezaba a brotar la savia. Una noche, el olivo hizo caso de sus súplicas y acudió al cuarto de la mujer, transformado en el hombre que ella ansiaba. “Mírame”, le dijo “soy el hombre que has suplicado”. Y se dio la vuelta para enseñarle las marcas de sus uñas sobre la espalda. Se acercó a la mujer tendida en la cama, pero ella le detuvo con un gesto de su mano y le dijo: “No, no eres tú el hombre que deseo, tú eres feo y achaparrado”. El hombre, despechado, se perdió sólo por los caminos de Sierra Morena. Sólo la luna fue testigo de su pena, sólo la luna contempló su llanto, un llanto que hizo brotar lágrimas de aceite.

Dedicado a los olivos.

martes, 28 de junio de 2011

...



No recuerdo a que edad exactamente, a los 5, 6 o 7 años pero con seguridad sé que mi abuelo si era lo suficientemente viejo para sentirme yo su nieto.

Paseábamos los domingos después del desayuno por aquellas silenciosas calles de Sarajevo donde sólo el trinar y el trajín de los pájaros, junto a los pocos transeúntes que se daban los buenos días, caminábamos a mi parecer sin rumbo fijo.

Puntualmente a la diez en el kiosko de música, el director de la banda alzaba su batuta y se iniciaba un torbellino de notas que entonces no me gustaban, y ahora, echo de menos.

Después íbamos al café , yo comía delicias turcas y mi abuelo café y su narguila sin el permiso de mi abuela. Mi abuela...” Quien no come con pan no come”...me repetía todos los domingos en el almuerzo. Los domingos eran especiales, el día donde mis padres desaparecían para ser sustituidos por la ternura de la primera generación. Aún hoy en día, cuando escucho una nana me acuerdo de mi abuela y alguna lágrima recorre mis mejillas, porque lo peor del olvido es siempre el recuerdo.



Dedicado a mis abuelos Alma y Goran



sábado, 25 de junio de 2011

Bjala Stala




Volvió a la poesía.

A esa poesía que al ser leída se clava sílaba a sílaba en lo más hondo del corazón... si, el corazón, ese que de vez en cuando sabemos de tenemos porque deja de latir por unos instantes...

Volvió a sus poetas favoritos, exiliados al otro lado del océano y cuyas miradas jamás volvieron a ser las mismas...

La última vez tenía 19 años y había muerto dos veces, demasiadas veces para 19 años...

Volvió a sentir de nuevo como el silencio tenía su propia melodía y las noches representaban la soledad del ausente...

Volvió a prescindir del sueño porque no había nada que soñar...

Volvió a tener la mirada perdida entre un pasado muerto y un presente agónico...

Y volvió a recordar que para nacer, primero tenemos que morir... morir de verdad.


Nota:pasen y vean  http://www.youtube.com/watch?v=U6ocYiqZLIw&feature=related




miércoles, 22 de junio de 2011

Certamen de microrelatos “Se ha escrito un (micro) crimen”

Unos amigos has organizado un concurso que os puede resultar interesantes... Echadle un vistazo este lista de normas, desempolvad las plumas y quemaros las pupilas escribiendo en mejor de los relatos. Ánimo, yo ya voy para allá...Aunque antes debería saber si sigue abierto el plazo...

Por la presente, El superilustre, hiperantiguo y ultraexclusivo club de novela criminal Las Casas Ahorcadas, convoca el primer certamen de microrelatos Se ha escrito un (micro) Crimen y declara que:

1. No tenemos donde caernos muertos, así que no podemos pagaros.

Eso sí, disponemos de un cojoestupendo lote de cinco libros para seguir alimentando el ingenio y la sed de sangre del vencedor y prepararemos un diploma a la altura de las circunstancias, que mandaremos al domicilio del afortunado…y sin portes, que somos la generosidad personificada.

2. No nos conoce ni nuestra madre, así que no podemos haceros famosos.

Pero es lo más parecido al Pulitzer que existe en Cuenca, y viniendo de una antigua aspirante a capital europea de la cultura… no es moco de pavo, ¿o sí?

3. Pero, ¿Qué ha de hacerse para conseguir tan suculento premio?

Elemental, si se trata de un concurso de micro relatos… parad el carro, Sherlocks, que no vale cualquier milonga. Para haceros con el ansiado lote, primero dejaros caer por nuestro blog (casasahorcadas.blogspot.com), leed atentamente la micronovela por entregas que, con el título Se ha escrito un (micro) crimen, llevamos publicando desde noviembre dentro de la etiqueta microcrimen (12 en la primera temporada y 8 en la segunda para ser exactos), y escribid el mejor desenlace que se os ocurra en menos de 500 palabras.

4. Una vez escrito, y repasadas las faltas de ortografía (que para eso inventó el tío Gates el corrector del Word) lo enviáis adjunto a un correo donde aparezcan vuestra dirección postal y datos personales con asunto Concurso antes del 15 de junio a la ingeniosa dirección de correo lascasasahorcadas@gmail.com.

5. La decisión del secreto e insobornable jurado, compuesto a partes iguales por escritores y miembros del club, será inapelable y aparecerá publicada, junto con el texto, a finales de junio en nuestra bitácora.

6. Sus sesudos miembros valorarán especialmente la calidad literaria, originalidad y coherencia con el resto de la micronovela.

Si has llegado hasta aquí, muchas gracias. Y si además participas o lo divulgas, te hacemos la ola.

Podéis daros una vuelta por este rincón tan "negro" en: http://casasahorcadas.blogspot.com/

Un saludo y animaros a participar...

lunes, 20 de junio de 2011

Sobre la soledad y mi primer polvo en un probador...

Quería escribir hoy sobre la soledad, más concretamente, sobre cómo ésta te asalta en los momentos más inoportunos, cuando pensabas que ya la tenías controlada y acotada a instantes concretos de tu existencia, guarecida detrás de determinados hábitos personales. En mi caso, hombre experto en existencias solitarias, la soledad sigue acosándome, dándome esporádicos hachazos y despertando mis temores en las circunstancias más imprevistas. La soledad es experta en asaltarme cuando tengo la guardia anímica más baja. Son curiosos sus mecanismos para mostrar su inevitable presencia y poderío. Es fulminante su golpe, por ejemplo, cuando al ir conduciendo tengo que detenerme en mitad de cualquier parte para comprobar el mapa, por no tener a nadie sentado a mi lado que vaya haciéndome indicaciones (agradecería incluso perderme por dichas indicaciones, con tal de no viajar solo). Sigue siendo agudo el dolor cada vez que llega a mí alguna imagen de Granada, ciudad a la que por ahora veo muy complicado el retorno, aunque, ahora que caigo, esto quizás sea melancolía en vez de soledad ¿no? También es visto y no visto el malestar que se apodera de mí, cada vez que entro solo a un centro comercial y compruebo cómo instintivamente, sigo un recorrido predeterminado y voy llenando el carro con los mismos productos, siguiendo una ruta marcada por los mismo pasillos. Me doy cuenta con que facilidad la rutina se ha apoderado de mi vida, y me ha convertido en un hombre previsible. En esos momentos, el ánimo me culebrea, y sin pensar estalla una pequeña revolución dentro de mí. Giro el carrito de manera brusca, un carrito con una increíble tendencia a golpearse contra los mostradores, y me meto, inconsciente, en el primer pasillo que me ha salido al paso. Me azota entonces una ola de bochorno, porque el pasillo elegido resultar ser el de la lencería femenina. Nunca las revoluciones, incluidas las personales, fueron sencillas, y pese a este valiente giro espontáneo, continúo sintiéndome solo, y ahora además, algo confundido y porque no decirlo, ligeramente excitado. Pero salgo de ese primer pasillo, con el estómago encogido, el pantalón algo más apretado y envuelto en ese vértigo gustoso que me entra cuando empiezo a filtrear con la ilegalidad. La experiencia es grata, se apodera de mí un orgullo como de salmón, experto nadador contracorriente, anárquico salmónido y padre filosófico de todas las revueltas populares. Y entonces me inflo de valor, incluso de cierta irresponsabilidad. Ya no sólo camino por secciones desconocidas, nunca antes transitadas por mí (como jardinería, electrónica o bricolaje, curiosamente, en esta última no me ha asaltado ningún barbudo vasco que me explique las ventajas de la silicona), sino que además me cambio del carril, de repente soy un kamikaze, a los mandos de un carrito del “carreful” con turboinyección, llantas de aleación y la dirección más desasistida que nunca. Voy rozando pilares, haciendo tambalearse tiestos, vasos, jarrones y demás productos frágiles de las estanterías; cual caballo de Atila por donde paso no vuelve a crecer el consumismo. Asolo estantes, zarandeo mostradores, derrumbo pirámides de latas de tomate…, hasta que ocurre lo inevitable. Al fondo del pasillo por el que zigzagueo sin control, descubro la figura, ausente pero precisa, del guardia de seguridad. Y la valentía y el aliento insurrecto que me dominaban hace unos segundos, huyen de mí cuales ratas en barco zozobrante, y en cuestión de segundos permuto de che de hipermercado a inocuo consumidor. Freno mi carrito, lo recoloco en el carril adecuado, y comienzo a llenarlo con cuanto producto en oferta me sale al paso. En media hora todo ha terminado, estoy conduciendo de vuelta a casa, con el maletero repleto y una estúpida sonrisa en la cara.

Por cierto, esta no es la historia que, como bien anuncia el título, tenía pensado contar. Y es que ocurre a veces, que en mi errático y suicida transitar por los pasillos, no han sido las fuerzas del orden con las primeras que me he topado, sino que he acabado impactando con el carrito de otra joven solitaria, de corazón también falto de aventuras y sublevaciones furtivas en estrechos probadores. Y en esas veces, a veces ocurre que brota el milagro, con un par de miradas cómplices se dice todo. La historia que surge entonces es bien distinta, digamos que con un final aún más feliz, pero que, por falta de tiempo y de espacio en este folio, tendré que contar en otra ocasión…

viernes, 17 de junio de 2011





Despierto, bueno no, abro los ojos... si definitivamente despierto... lo primero que veo son unos números rojos parpadeando...flash, flash, flash... vuelvo a cerrar los ojos pero sigo despierto... pienso... bueno no, me pregunto : ¿qué día es hoy?... Me duele la cabeza, señal unívoca de haber dormido poco o haber dormido mucho... Empiezo a estar confuso... todo se mueve hacia extremos opuestos, duermo o no duermo, estoy despierto o es sólo un sueño... Hago un esfuerzo, abro los ojos y me incorporo en un único movimiento... la habitación está en penumbra pero a través de las ranuras de la persiana, rayos de sol blanquecinos me saludan...el polvo en suspensión crea una caleidoscópica imagen en cada rayo... es viernes, creo... si viernes... Vuelvo en sí... sé quién soy...me reconozco... miro mis manos...si soy yo... giro la cabeza y veo una botella vacía junto al despertador ... si, no ha sido un sueño... he perdido a un amigo y me encuentro vacío... el alcohol hizo su trabajo pero ahora, tras la amnesia inducida viene lo terrible... enfrentarse con una realidad que a veces creo que es un mal sueño... la luz sigue penetrando por las rendijas de la persiana...

martes, 14 de junio de 2011

IDIOSINCRASIA (o porqué Jimena se hizo bibliotecaria) FIN


Y Jimena se vió de repente sola en el pasillo, expulsada del paraíso, sin saber qué hacer, con la amarga sensación de haber descubierto un tesoro pero sin haber podido apenas disfrutarlo. Volvió por fin a su cuarto, asustaba, aturdida, pero con la firme decisión de volver pronto a ese despacho y continuar de algún modo disfrutando de su increíble hallazgo. Y sin dejar de susurrar “idiosincrasia”. La repetía una y otra vez, como quién esconde una moneda de oro en un bolsillo y no deja de tantearla y sopesarla con los dedos.

No tardó Jimena en volver al despacho, no dejaba de darle vueltas a la biblioteca de su padre y a todo lo que podría descubrir en ella. Como ignorar a todas esas palabras amontonadas. Así que a la primera ocasión que tuvo, cuando su padre salió una mañana a trabajar, se coló de nuevo en el edén prohibido. Entró con sigilo, con respeto, incluso con cierto temor, del mismo modo que entra un creyente a una iglesia. Se dirigió hacía la silla, en la que unos días antes había dejado el libro. Pero el libro ya no estaba. “Seguramente mi padre ha vuelto a colocarlo en su sitio, pero ¿cuál era su sitio?” Alzó la cabeza y comenzó a recorrer con la mirada una por una todas las estanterías. Al momento se dio cuenta de que recuperar el libro sería casi imposible. Ahora todos le parecían iguales, con sus lomos encuadernados de un modo parecido, con sus colores tan suaves, con sus mismas filigranas doradas. Pero no se desesperó. Con decisión se acercó a la estantería que tenía más próxima y cogió uno de los gruesos volúmenes. Volvería a recuperar esa palabra extraviada, aunque tuviese que dedicar para ello el resto de su vida. “Idiosincrasia, idiosincrasia, idiosincracia”. Etcétera…

Fin del cuento "Idiosincrasia"
Dedicado a Jimena Vázquez


lunes, 13 de junio de 2011




Andaba por la vida como un funámbulista borracho, sin importarle donde la cuerda o el equilibrio le abandonarían...

Era un barco sin rumbo incapaz de achicar todo el agua que le iba hundiendo...

Personaje tragicómico en una película donde nadie lo había contratado...

Verano sin sol, invierno sin hogar...

¿Dónde van a parar todos los sueños rotos?


viernes, 3 de junio de 2011

IDIOSINCRACIA (o porqué Jimena se hizo bibliotecaria) 3ª Parte

Un buen día, se coló en el despacho de su padre. Nunca había entrado en él, pero sabía que allí también se guardaban muchos libros. Esa habitación era como un santuario, el último de los viajes que realizaría en su búsqueda de todas las palabras del mundo. Y lo que encontró superó con creces todos sus sueños. Era una habitación elegante, con una enorme mesa en el centro. También había algunas sillas forradas de terciopelo, con hermosos respaldos de madera tallada. Pero lo que más le sorprendió fueron las estanterías que cubrían las cuatro paredes de ese cuarto, y como esas estanterías estaban completamente repletas de libros. No descubrió un solo hueco en el que colocar un nuevo volumen. No podía tampoco, colar alguno de sus dedillos entre los libros apilados, encajaban a la perfección unos al lado de los otros. Le sorprendía esa exactitud matemática, ese completo dominio del espacio. Pensaba que estarían en ese despacho, todos los libros del mundo. Como si no, justificar ese orden extremo, ese equilibrio en todos y cada uno de los anaqueles. En este despacho no faltaba ningún libro, ni podía sobrar alguno. Se preguntaba  porqué su padre nunca le dejaba cogerlos, o porqué nunca le leía alguno. Es más, siempre le regañaba cuando quería entrar aquí. Pero hoy su padre no estaba en casa, no podría prohibirle nada. Así que se armó de valor y cogió uno de aquellos volúmenes, el primero que se le puso a mano. Lo primero que le sorprendió fue su peso; era tal, que casi se le cae al suelo. Qué vértigo sintió al notar cómo le temblaban los codos y cómo apenas podía sostener ese libro entre sus brazos. “¡Cuántas palabras tendrá este libro para pesar tanto!“. Con mucho miedo y cierta inseguridad llevó el libro hasta una de las sillas y lo apoyó allí. Apenas fueron un par de metros los que recorrió pero estaba agotada por el esfuerzo. Se alejó un par de pasos de la silla, para contemplar mejor su captura. Aunque cansada y nerviosa, se sentía radiante. El grueso volumen permanecía silencioso, ajeno a la observación a la que estaba siendo sometido, casi incitante en su quietud e indefensión. Se volvió a acercar a él y empezó a pasarle las manos por encima, por su tapa dura, cubierta de tela. Era un ejemplar maravilloso. Se decidió a abrirlo, asiendo con dos dedos la tapa y volteándola con lentitud. Le vino al momento una bocanada de aroma a papel y tinta que la dejó embriagada. Nunca antes, el descubrimiento de un libro había supuesto para ella tal avalancha de sensaciones: su increíble peso, el tacto suave de la tapa, la dulce combinación de colores, el aroma a misterio que emanaba de él. Casi le dieron ganas de pasarle la lengua por encima para comprobar también cuál era su sabor. Pero lo que se encontró dentro del libro la cautivó todavía más. De cada hoja, pequeñitas, ordenadas, condensadas, le saltaron a los ojos un número ingente de palabras. Más palabras de las que jamás había podido imaginar, y más palabras de las que llevaba ya guardadas en su cabecita. Y el libro tenía cientos, no, miles de páginas. Las hojas tenían un tacto muy suave, muy agradable, extremadamente finas, como de seda. Fue pasando esas hojas tan frágiles con cuidado, con temor a que se deshiciesen entre sus  deditos. En un primer momento ni siquiera prestó atención a las palabras que había escritas en esas hojas. Estaba completamente desbordada, era incapaz de centrar su atención en algún párrafo, era incapaz de detener ese alud de verbos, nombres y adjetivos. Pero por fin, sobreponiéndose a su estupor, cerró los ojos, escogió una página a voleo y posó su dedo índice en una de las líneas. Por algún lado quería empezar a leer y comenzaría por la palabra que su dedo indicase. Abrió los ojos, se inclinó, entornó los párpados y leyó: “Idiosincrasia”. Primera palabra y primera sorpresa. Nunca había escuchado esa palabra: era por tanto una nueva adquisición. “Idiosincrasia”  repitió lentamente. “¿Qué significará? ¿De qué extraño mundo vendrá? Al menos sonaba muy bien”. Pensó. Y  comenzó su ritual para memorizarla, para pronunciarla con la más bella de las entonaciones. La pronunció en voz alta “Idiosincrasia”. Y repitió “Idios…”  Pero no pudo terminar de declamarla. En ese momento entró su padre. “¿Pero Jimena, qué haces aquí?¿No te he dicho que no toques esos libros, que no son para ti?”  Fue tal el susto que se llevó, que soltó el libro y este cayó con estrépito. Jimena pudo observarlo en su descenso, y le pareció un pájaro gordo y torpe que aletea desmañadamente por remontar su vuelo. Eso le parecieron, los lomos y las hojas que se agitaban mientras el grueso volumen se precipitaba contra el suelo. Le dio pena verlo así, tan desvalido, espachurrado, tan fuera del lugar que le correspondía entre sus brazos. Pero no tuvo tiempo de recogerlo. Más rápido que ella, su padre la cogió de una mano y la sacó de la habitación. “¿Ves lo que has hecho? Anda vete a jugar con tus libros y deja los de papá en paz.”

                                          Fin de la tercera parte... que acabará en el próximo capítulo.
                                                        Dedicado a todas las bibliotecarias y bibliotecarios...