miércoles, 10 de diciembre de 2008

Benevolencija Express VI






El Rabino empezó a comportarse de una manera extraña, pasaba las noches en vela mirando el firmamento a través de una abertura en la pared. La tradición cabalista de su familia acabó con su sistema nervioso y desde entonces, Shlomo tuvo que medicarse de por vida. En Sarajevo no había medicamentos, y menos para un “extravagante” rabino como él.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cagón en la puta desde el curro no puedo hacer comentarios, aunque al menos puedo entrar en el blog. Guapo el cuento, Javiosevic, Voy a hablar con un colega diseñador para que me de consejos de cara a que el blog sea más vistoso.

Anónimo dijo...

"Si la novela contemporánea-dice Don José Ortega y Gasset- pone menos al descibierto su mecanismo cómico, débese a que los ideales por ella atacados apenas se distancian de la realidad con que se los combate. La tirantez es muy débil: el ideal cae desde poquísima altura. Por esta razón puede augurarse que la novela del siglo XIX será ilegible muy pronto: contiene la menor cantidad posible de dinamismo poético. Ya hoy nos sorprendemos cuando al caer en nuestras manos un libro de Daudet o de Maupassant no encontramos en nosotros el placer que hace quince años sentíamos. Al paso que la tensión del Quijote promete no gastarse nunca"
Y aquí ahi dinamismo P(con mayuscula)oético...