Como ingeniero formado en la época donde la vocación era elegida al servicio de la causa, Nasser decidió volver a la tierra de sus antepasados después de haber conocido las mieles de Occidente. En casa, sólo le esperaba un mundo convulso, ajeno, donde el recuerdo de los muertos dirigía el destino de los vivos… En el taller de su abuelo, pudo ampliar sus conocimientos de ingeniería entre bicicletas, pinchazos y herraduras… con la última tecnología de Palestina…el burro. A veces, soñaba con volver a ser dueño de su propio destino… La verdad sólo esconde aquello que a la mentira le sobra…
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