viernes, 22 de mayo de 2009

Mar de la Tranquilidad




Paseaba sin haber desconectado del trabajo. Jamás había tenido tiempo para no hacer nada. Paseaba. Se topó con Perec, su sonrisa contagiaba esa vitalidad que transmitía en sus libros.

-Hola Boris ¡, cuanto tiempo¡- sonrisa amplia, corazón fraternal.

-Georges ¡ ¿Qué haces por este barrio?.

- Nada en especial, La Eternidad es algo aburrida y he tenido que salir a despejarme. ¿Qué haces últimamente desde tu “Ahora Vengo”?

-No mucho, Georges. Cincuenta años después de mi muerte me he puesto de moda, los seudo intelectuales me ha reivindicado y Boris Vian por aquí, Boris Vian por allá, me cansan un poco. ¿Y tú?

-De vez en cuando encuentran algún papel manuscrito y zas¡ a la imprenta, si lo hubiera querido publicar no estarían escondidos por los cajones… editores sin escrúpulos…

Siguieron andando y conversando…

… Es viernes. El café mañanero sabe a café y la jornada laboral se hace menos pesada. El Tiempo y el Espacio se deforman, es viernes, no hay que buscar más explicaciones…

-¿Algún proyecto Georges?- dijo Boris Vian

- Después de “La Vida, instrucciones de uso” quedé algo vacío, como ausente. Sentí como si lo hubiera dicho todo. La temporada en la campiña me sentó bien para la salud pero toda mi energía se iba en no dejarme morir, ya sabes como es eso. El resto ya es historia de la literatura … La Eternidad es a veces insoportable y al contrario de lo que muchos piensan, es imposible crear sin la idea del Final -quedó como ausente y prosiguió - Perdona, me ido por las ramas… ahora hago pequeños relatos que describan instantes en la existencia de gente anónima, instantáneas que no tengan sentido sin el conjunto de sus vidas.

- Entonces… salvo que alguien identifique ese momento como suyo, el resto de lectores no entenderán nada- formuló Boris, rascándose la barbilla y cerrando un poco el ojo izquierdo.

- Es como mostrar una fotografía. De los presentes, cada uno describiría una historia distinta a los demás, porque tu te fijaría en la luminosidad del sol, yo quizás la belleza de la chica, o alguien en la mirada del perro que pasea. Instantes Boris, instantes, la vida son miles de fotogramas por segundo- dijo Perec.

-¿Tomamos un té y me sigues contando?-preguntó Boris Vian pensativo

-Vale- respondió Perec

2 comentarios:

nt anónimo dijo...

¡Vacaciones!, que bien suena. No tardes mucho en volver a escribir en el blog, se te echará de menos Javier.
Este último, mucho más pausado...por cierto, lo dejaste a medio y luego lo quitaste, ahora lo vuelves a poner...¿qué lio es este?...
Lo dicho, ya espero tu próximo relato. ¡felices vacaciones!

Javier dijo...

Gracias por todo ¡

Por cierto, lo dejé a medias y aún está a medias.

Espero que el Neguev me siente mejor que Utrera.

Saludos