Es martes. El de mes de… no lo sé, quizás otoño por las hojas en el suelo, pero francamente no lo sé. El cielo está cubierto por nubes altas pero dejar pasar una claridad matutina. Desde la ventana observo como la suave brisa mece los árboles a modo de danza sinuosa. Ya lo sé, es Septiembre, como podía olvidarlo… Septiembre… y ella se llamaba… A… no me acuerdo… como puede ser… empezaba por A… pelo negro, ojos claros… A… ¡ mierda, no me acuerdo ¡. Hoy es … hoy, ¿tiene alguna importancia? Creo que para mí ya no, día a día olvido una parte de mi vida, va avanzado como la arena del desierto, poco a poco, poco a poco… Un día me levantaré y al mirarme al espejo no sabré quién soy… A… empezaba por A…su pelo era… y sus ojos… Estoy fatigado, aún no he olvidado la sensación de tristeza, porque olvidamos lo que somos y no, lo que sentimos.
No sé cuando, porque no me acuerdo, sostenía que éramos presente continuo, sin embargo estaba equivocado… somos Memoria, sólo Memoria, Memoria…
Ya no me acuerdo de su nombre, ni su pelo, ni de sus ojos… porque olvidamos lo que somos y no, lo que sentimos.
1 comentario:
Coño Javi, se nota que el influjo albaceteño va haciendo mella en tu espíritu... Sigues desbardando el blog con tus cuentos, sigue así... Son un buen paréntesis entre tanto ajetreo bibliotecario (guiño). Hasta dentro de un rato para el café.
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