miércoles, 6 de mayo de 2009

Mermelada de Naranja


“Mermelada de naranja… Mermelada de naranja, pan, ah¡ y azúcar… un café sin azúcar para una mañana de domingo… 25%... llamar a Carol… anular cita de la nueve con el señor Atihen… los cruasanes…”
En un momento, resbaló con el penúltimo peldaño. Cayó sentado de culo en pleno hall. La Caída no le dolió, fue la sensación de estupidez. Su mente borró aquella lista y quedó en blanco. En un solo instante, su existencia dio un vuelvo. Miró hacia la puerta y los rayos de la mañana atravesaban el mosaico multicolor a ambos lados de las jambas.

“Sweettown-Alaska”. Se levantó, tomó el pasaporte y la Visa. Sin despertar a Josephine, la besó en la frente y se marchó. Al cruzar el umbral de su casa, no miró atrás, cerró con un brazo retrasado y una sonrisa limpia. Tenía cuarenta y uno, en su familia se comentó que lo hizo por eso de la crisis de los cuarenta…cincuenta…veinte… treinta

¿Debemos justificar nuestra libertad?
(Deja tu reflexión, ayudará a elaborar el próximo relato)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que, ¿que quiero para regalar en reyes?, ¿que repartiría en la cabalgata?....miles de resbalones para todos...