Llueve. Las gotas recorren el cristal con la premura de una carrera de caballos. El té aún humea demasiado para tomar un sorbo. Juliette pone a Jarret tan silenciosamente que me sorprende el primer toque de piano…”I Got it bad and that ain´t good…”, me sonríe y vuelve a marcharse con su guión en la mano. Sigo observando a través del cristal, mientras intento escribir una escena, como diría Julián, estoy atascaoooo ¡. Miro la taza, creo que puedo dar un pequeño sorbo… bravo , no me he quemado los labios ¡. Por un instante me quedo con la mirada perdida… y a la mente me viene la primera vez que ví a Juliette… en ese momento supe que era ella o nadie… eso es, las vías del tranvía ¡ pero entonces la máquina de vapor… nada ¡. Me levanto y busco a Juliette. Sin hacer ruido, la observo como se estudia su papel, sentada con la disciplina de una párvula en colegio de monjas… Me asalta una pregunta que jamás me plantee… ¿podría vivir sin ella?... tengo miedo al beso del final, ese que sientes como si ella llevara un tenue velo de seda, suave, pero insensible a los labios … duele más ese beso que si te abandonara sin decir Adiós… me doy la vuelta habiendo descubrierto una certeza : Estoy Enamorado de ella. Mi rostro se entristece y vuelvo a sentarme frente a la máquina de escribir, la aparto, tomo papel y una estilográfica… Mi querida Juliette : El día que dejes de amarme, por favor, no me lo digas con un beso…
4 comentarios:
Un poco cobarde,¿no?
Suakin: “Siempre tan raros los ingleses; ¿por qué preocuparse?, sea un cobarde y viva feliz"
Las Cuatro Plumas (1939), Zoltan Korda.
Y de este te digo lo mismo que del anterior. Leido con detenimiento, me estremece, como se estremece uno ante algo hermoso...Shalom Javi...Me encanta la frase final.
Me gustas como escribes porque desprendes mucho, llega hasta aquí, cruza ese Universo paralelo y llega.
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