jueves, 5 de noviembre de 2009

VIERNES



Siento haber sustituido los relatos con nombres balcánicos (otro día os explicaré mi relación con la ex-yugoslavia) por reflexiones de andar por casa…mejor dicho, de chabola.
Llevo una larga temporada que la realidad me entretiene más que la ficción. Goran Zelic volverá a estrellar su máquina a vapor en otro momento en Sarajevo y los viejos Zoran y Popovic me dejarán su artritis como herencia…a mi pesar.

El insomnio es una putada porque acabas sonámbulo todo el día/noche y la mente no trabaja como debería. A veces, excepcionalmente, te encuentras con una lucidez que te asustas porque no dormir y estar bien no es normal, pero la naturaleza tiene esas paradojas como la mejoría antes de la muerte…pero eso os lo explicaré otro día.
Escribo desde la cama y son las 11.02 de la mañana, escucho el piano de Yann Tiersen y la luz amarillenta entra por entre las cortinas color vainilla de mi habitación o mejor dicho, mi madriguera… es broma, hice limpieza hace tres meses…

Tomo un té earl grey con un toque de leche y el cigarrillo me sabe a frutos secos con un ligero toque de romero…no penséis mal…no es un porro…quería ser poético.

Antes que la Maruja de la vecina ponga a Camela a todo trapo, disfruto de una paz impagable… que he dicho que no era un porro¡

Bromas a parte, la última vez que me sentí así, en paz, vino una tormenta y acabé en medio del desierto observando el atardecer anaranjado reflejado en las salinas aguas del Mar Muerto…la anterior fue el Camino de Santiago y no os cuento la harta de andar que me pegué. No os preocupéis sufridos seguidores de este Blog, Bhutan queda a demasiadas horas de avión para escaparme.
Más allá de mi cara de pan de pueblo, la mancha genética de la cabeza y unos ojos que parecen salidos de un largo sueño, mis antepasados no eran precisamente de Asturias, se podía decir que vinieron a caballo arrasando media Europa desde el corazón de las estepas de Asia…de ahí viene eso de “Roba, mata y vete a Utrera”, pero eso no es importante.

De pequeño, los libros que había en casa y los clic de playmobil me retenían el tiempo suficiente para no saber usar un tirachinas o probar el sabor de la sangre tras un balonazo en la boca.

Cansado de montar guerras con mis clik, los atlas me fascinaban. Imaginaba como tenían que ser esos países que apenas podía pronunciar. Mongolia, se llamaba entonces Mongolia Exterior, cosas de la guerra fría, los soviéticos y la media guerra que tuvieron China y la URSS a finales de los sesenta. Escondida, estaba Bhutan, que aún se llama así y no precisamente por sus yacimientos de gas…tranquilos este año el cupo de extranjeros está completo.

Pero esta larga introducción sólo tenía la intención de esbozar una sonrisa mañanera que a veces es necesaria antes de enfrentarse al subnormal del jefe o al compañero coñazo, el vecino estúpido o la caca que pisamos a la salida del portal… luego te llevas arrastrando el pié por la acera a ver si cuando llegas al curro no huele demasiado… perro malo¡ dueño Cabrón¡…

La excusa de esto era el libro de Émile Zola , YO ACUSO (la verdad en marcha), que no tiene nada que ver con Bhutan ni con los clic de playmobil ni con Camela… ni con lo siguiente…

El tiempo pasa demasiado rápido, leed menos e intentar sentir más, la filosofía y el pensamiento queda muy decorativo en las conversaciones y fiestas pero si no sentid la brisa de una noche de primavera bajo la mirada centenaria de la Alhambra o los dulces labios de vuestro Amor, seréis unos estúpidos versados en palabras vacías y acabaréis como yo en Bhutan… o escribiendo estas estupideces…



Buen Fin de Semana ¡¡¡¡


3 comentarios:

Leandro dijo...

Yo me voy a la Alhambra el próximo fin de semana. Ya tengo las entradas para verla por dentro, y el tiempo para verla por fuera, desde el Paseo de los Tristes. Seguiré tu consejo

Javier dijo...

Disfruta ¡¡¡¡

Anónimo dijo...

molt ben!!