domingo, 14 de diciembre de 2014

Cuando Madrid era Sarajevo


Ayer me desperté como casi todos los días. Me vestí, tomé mi pastilla para la tensión ( prefiero morir de cáncer de pulmón o súbitamente por insomnio que quedar postrado por una embolia cerebral) y preparé una cafetera con cigarrillos. Encendí el ordenador y me conecté a facebook después de mirar las inexistentes ofertas de empleo.
Al contrario que la mayoría, utilizo facebook de manera didactica en la medida de lo posible, bebiendo de la fuente del conocimiento ajeno. Agradezco a todos aquellos que publican que leen, que escuchan y obvio en que fiesta han estado o si se han comprado unas bragas en la rebajas.
Ayer me recordaron que había abandonado a Gloria Fuertes y … buscando... buscando... encontré un poema que se titulaba Cuando Madrid era Sarajevo. Lo que empezó como novela acabó como eso... un empiezo o un relato muy corto. En alguna conversación me preguntaban el porque mi fijación por el Sarajevo en guerra, aquella que ya nadie recuerda. Respondía una y otra vez que la similitud con el Madrid cercado de nuestra guerra civil me creaba esa necesidad de contar una historia, imágenes de seres humanos destrozados, caras desencajadas por el miedo, el hambre , la impotencia de una población indefensa...y seguía argumentando, teniendo que justificar el hecho de escribir sobre algo más allá del villorrio donde me parieron.

No sé si en esta vida cuenta las historias inacabadas pero quizás la vida consista en eso... en historias inacabadas... Hoy es domingo, apago un cigarrillo y seguiré escribiendo otra historia inacabada con la certeza de saber que al menos el botones y Dios saben que no soy tonto... ;)

En Madrid llovía metralla,
llovía injusticia,
llovían muertos.
Me regalaron un cordero.
"Tienes para comer un mes" me dijeron.

Los ojos del cordero me dijeron otra cosa.
Yo, por poco me muero de hambre.
El cordero se murió de viejo.
Nos cogimos cariño,
él y yo solos bajo los bombardeos.

Después iba a por hierba a los solares
para mi cordero.
Le enseñé a comer papel
con los partes de guerra
a mi cordero.

Gloria Fuertes.


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