Cinco fueron
que fueron cinco,
y no cuatro los jinetes
que asolaron mi pueblo.
Pueblo de obreros vapuleados,
pueblo varado allí donde Sierra Morena
comienza a clamar al cielo.
No vinieron montando caballos,
ni blandiendo guadañas,
no trajeron pestes o guerras,
que llegaron en coches lujosos
y acento extranjero,
como moscas a la miel,
atraídos por el olor
de la tierra negra.
Negra que te quería negra,
negra tierra, vetas negras,
negro vientre de ancestral sementera,
negra piedra que trajinaban mis manos,
negras minas que yacen yermas.
que fueron cinco,
y no cuatro los jinetes
que asolaron mi pueblo.
Pueblo de obreros vapuleados,
pueblo varado allí donde Sierra Morena
comienza a clamar al cielo.
No vinieron montando caballos,
ni blandiendo guadañas,
no trajeron pestes o guerras,
que llegaron en coches lujosos
y acento extranjero,
como moscas a la miel,
atraídos por el olor
de la tierra negra.
Negra que te quería negra,
negra tierra, vetas negras,
negro vientre de ancestral sementera,
negra piedra que trajinaban mis manos,
negras minas que yacen yermas.
Llegaron perforando esa tierra tostada,
pudriendo lomas y labrantíos,
arrejuntando las riveras de sus ríos,
volteando el cieno al cielo
y el cielo, al olvido.
Levantaron tan altas chimeneas
que parecía que quisieran cuartear con ellas
los vientres de los limbos, la panza de las quimeras;
escarbaron tan hondas sus cuevas
que con ellas parecía que quisieran
llegar allí dónde brotan las catervas.
Negra que te quería negra,
negra tierra, vetas negras,
negro vientre de ancestral sementera,
negra piedra que trajinaban mis manos,
negras minas que yacen yermas.
Fueron con todo, tiempos de promesas
y pocos requiebros para las gentes del pueblo,
que mientras llovieran de la tierra
lágrimas de piedra negra,
no faltarían en el talego
buenos jornales,
y mejores pucheros para la cena.
Más no corrió por igual esa hartura oscura
por los canalones ni por las aceras,
que sólo fueron cinco los ladrones,
que de tanta piedra revuelta,
de tanto empeño crédulo y ajeno,
sacaron vislumbres de mucho provecho.
Negra que te quería negra,
negra tierra, vetas negras,
negro vientre de ancestral sementera,
negra piedra que trajinaban mis manos,
negras minas que yacen yermas.
Amanecieron por fin marchitas
las entrañas negras de la tierra,
tornó al pueblo la miseria,
que acude presta cuando la bolsa no suena.
Cesaron las fábricas sus cantos de sirena,
callaron sus llamadas vocingleras,
y se poblaron las calles de almas en pena,
que se preguntaban porqué sus picos y palas
no acarreaban ya negrura en piedra.
El hambre alimentó la ojeriza,
el lamento zozobró en odio,
odio que acelera nocturnas galopadas,
se apretaron los cuchillos contra el pecho:
llamaradas de metal que sesgaron
las cinco panzas oligarcas.
Negra que te quería negra,
negra tierra, vetas negras,
negro vientre de ancestral sementera,
negra piedra que trajinaban mis manos,
negras minas que yacen yermas.
Mangas negras de condena bracera,
rojas mangas teñidas de caudillo,
a tardías horas, mangas verdes.
- ¿Qué ha ocurrido aquí, buenos hombres?
se preguntan los faroles.
- Lo de siempre, señores guardias civiles:
La rabia de otra fuenteovejuna desatinada,
que murieron por navajas cinco romanos
y de ira y engaño diez mil cartagineses.
Apresurado recuerdo a Federico García Lorca,
y a Peñarroya-Pueblonuevo, pueblo minero venido a menos.
7 comentarios:
Ya te dije que me ha gustado mucho. Puede que sea apresurado, pero me gusta.
¿Cumplirás tu nuevo reto con una imagen del führer?
Me ha gustado mucho Julián, mucho.
Tiene un olor y un sabor especial...
Es muy bueno Julian, me ha gustado mucho.
Me ha venido a la mente un día en el que me escribiste en la pizarilla de la nevera de mi casa un poema en q cada verso empezaba con una letra del nombre y apellido de Lorca....
Un beso.
Que chulo juli, te has equivocado de epoca, tendrias que haber sido de la generacion del 27 y hoy estarias muerto por rojo, pero serias recordado...
Si me acuerdo de ese día, y de otros muchos, claro. Lástima no tener en pizarrín y el rotu azul, je je. Buenos ratos nos hemos pegado en esa cocina. Bueno ya tenía ganas de escribir algo sobre Lorca y sobre el pueblo, y así mato dos pájaros de un tiro (aunque tengo que retocarlo que lo escribí con mucha prisa). La cabra tira para el monte y yo tiro para todo lo granadino... Besos Celia, y otra vez, muchas gracias por tu ánimo.
Gracias Jesús por los comentarios. A ver si te animas a mandarnos algo, que estoy buscando "negros" para escribir una novela. Venga, suerte con la entrevista y gracias por dejarme a mí a las dos mujeres, je je. Ya te daremos envidia desde Cáceres.
Julián, ¿pagas a la gente para que te haga comentarios? ¿O tus amiguitos sólo firman a quienes conocen?
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