¡Cuántas farolas,
cuántos rincones,
cuántas aceras,
cuántos portales,
cuántas puertas
y ventanas
nos señalarán con
sus volutas de hierro,
enderezarán sus huecos,
recogerán sus adoquines
parpadearán sus puertas
y persianas
al vernos pasar…!
Al vernos pasar,
murmurarán en su idioma añejo,
se volverán bermejas las fachadas,
se torcerán los destellos,
pues recordarán como algunas noches
nuestros labios,
nuestros ojos,
nuestros dedos y
nuestros sexos,
se amaron furtivos
escondidos
únicamente
tras sus tácitas pieles
de madera,
oscuridad
metal o
barro...
Dedicado a Celia y a las calles del Albaycín...
cuántos rincones,
cuántas aceras,
cuántos portales,
cuántas puertas
y ventanas
nos señalarán con
sus volutas de hierro,
enderezarán sus huecos,
recogerán sus adoquines
parpadearán sus puertas
y persianas
al vernos pasar…!
Al vernos pasar,
murmurarán en su idioma añejo,
se volverán bermejas las fachadas,
se torcerán los destellos,
pues recordarán como algunas noches
nuestros labios,
nuestros ojos,
nuestros dedos y
nuestros sexos,
se amaron furtivos
escondidos
únicamente
tras sus tácitas pieles
de madera,
oscuridad
metal o
barro...
Dedicado a Celia y a las calles del Albaycín...
2 comentarios:
Julián nunca podré molestarme por tus palabras. Tu siempre has sido la persona q mas bonitos versos me ha regalado. Solo puedo decirte GRACIAS.
Me alegra muchísimo volver a releer estos poemas.
Gracias a ti... A mí me encanta recordar los momentos y la mujer que dió lugar a estos versos. En cierto modo, son más tuyos que míos. Gracias otra vez...
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