®Galería fotográfica del Conejito Zombie
El otoño había llegado sin llamar a la puerta. Conducía de vuelta a casa con la pasión que provoca doce horas de trabajo, de un miserable trabajo… Con la mirada puesta en la carretera y la mente perdida entre lugares y personas tan fantasmales como las sombras del pasado, escuchaba una y otra vez Rezengeit II… tenue… dulce como los frutos aderezados del pasado… Al volver en sí, sólo vio asfalto, automóviles y su reflejo en el espejo retrovisor… Giró y tomó una carretera secundaria desierta sin rumbo, sin tiempo…
Un fantasma del pasado volvió al presente, apagó la radio y aparcó junto a la carretera. Salió, se sentó en el capó y se encendió un cigarrillo. Cerró los ojos por un instante y respiró profundamente… al abrirlos, observó aquel cuadro de la naturaleza… un árbol en medio del Nada, en medio del Todo… un violáceo cielo… y aquel rayo del luz blanquecina… quedó mudo y sombrío meditando…
Volvió a cerrar los ojos y sonrió…
A Cris, cuyas fotografías son pura poesía
2 comentarios:
Me encanta, mirar la naturaleza en momentos de tristeza produce insignificancia (esto se ahonda si es otoño).
Precioso Goran simplemente precioso.
Un beso.
Muchas gracias, Zelic, por el relato y la dedicatoria. Usted me hace revivir cosas que nunca he vivido.
Atte,
C.
Publicar un comentario