Calcetín, pluma, termómetro, agua, atractivo.
Con rabia, tiró el termómetro al suelo. Ni un atisbo de fiebre que le permitiera abordar una excusa creíble... Tendría que acometer sus temores con valentía, dejar a un lado su lado más cobarde e infantil. Se lavó la cara con agua fría y se vistió: ropa interior, calcetines, camiseta y pantalones vaqueros. Se miró en el espejo, y durante una fracción de segundo pudo ver a alguien atractivo. Lástima que aquella visión antojadiza se desvaneciera nada más aparecer. No se sentía preparado, pero cogió una hoja, y empezó a escribir. Lo que saliera de allí, poco importaba: la pluma hubiera sabido de sobra que no tenía fiebre, y que era un cobarde.
2 comentarios:
Palabras que sobran: atisbo, antojadiza.
¡Qué original lo de darle la vuelta a las iniciales de tu nombre!
Cada día consigues sorprenderme.
C.
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