martes, 12 de enero de 2010

6.521 La solución del problema de la vida está en la desaparición de este problema.






Tenía un profesor de filosofía que además de oler a alcohol y suspenderme citaba constantemente proposiciones del Wittgenstein para zanjar cualquier disquisición a la cual él no era capaz de hacer frente. Fuera por repugnancia hacia su persona o a las proposiciones del austriaco, quedó pendiente de lectura y reflexión. Ahora, tras veintes años y quince kilos más, me puse a leer al famoso filósofo… el cual me pareció tan banal y pedante como mi aborrecible profesor, con el cual jamás aprobé su asignatura…como pasé el C.O.U. es otra historia… Allá donde te encuentres querido Manolo espero que la cirrosis te haya hecho pensar sobre la proposición 6.422 de tu querido Wittgenstein:


“El primer pensamiento que surge
cuando se propone una ley ética de la
forma «tú debes», es: ¿y qué si no lo hago?
Pero es claro que la ética no se refiere al
castigo o al premio en el sentido común de
los términos.
Así, pues, 1a cuestión acerca de las
consecuencias de una acción debe ser
irrelevante. Al menos, estas consecuencias,
no pueden ser acontecimientos. Pues debe
haber algo justo en la formulación de la
cuestión. Sí que debe haber una especie de
premio y de castigo ético, pero deben
encontrarse en la acción misma.
(Y esto es también claro, que el premio
debe ser algo agradable y el castigo algo
desagradable.)”



*Wittgenstein, Ludwig. Tractatus logico-philosophicus. Viena, 1918

3 comentarios:

Tresmasqueperros dijo...

Emmmm... Oye, Javi, pues yo recuerdo a este chorrilla con cierto cariño. Aunque no he leído nada de él, pero creo recordar que escribió el tractatus en una trinchera...¿no? Bueno, Javi, a seguir tirando de esto. Recuerda que te toca proponer tema.

Javier dijo...

En breve propongo tema.
El pobre Wittgenstein pagó mis desprecio a aquel borracho pero la lógica no es filosofía ni siquiera sirve para un mundo tan ilógico como este

Anónimo dijo...

Joder, todo lo hasta ahora vivido, cuantas cosas. La alegría de estar aquí y estar con compañía, compañía, que profunda palabra. Sí, estoy en compañía, que suerte que en mi vida no faltó la compañía, jugando sólo no es igual, o tal vez desesperante e incluso asfixiante. Suerte, sí, al tener esto y lo otro, quiero decir amor y más amor. Viva la vida, ¿injusto? , eso es otra cosa. Malagradecido…Lo mío es una experiencia positiva, y ayudar a creer esto, si yo lo creo, es el agradecimiento.