♫♫...Duke
Ellington suena...sin Duke...media docena de velas iluminan, junto a
la música, un subterráneo cuyas bóvedas amplifican el sonido hasta
hacerlo más fascinante que las simples notas musicales....la que en
otro tiempo fue una claustrofóbica estancia, ahora nos parece un
palacio inundado por el humo de ansiolíticos
cigarrillos
que no terminan de calmar manos temblorosas y tics nerviosos... Al
fondo, una pequeña escalerilla sube a duras penas hasta una chapa de
acero que hace de improvisada trampilla cuya apertura, de vez en
cuando, ciega a los congregados recordándoles que sólo allí es
siempre de noche... El saxofón marca el ritmo de la sui géneris
interpretación de un jazz que me recuerda a las antiguas grabaciones
en pizarra... Nadie vive allí en la realidad, es un viaje hacia
ninguna parte, un espacio ausente de espacio, un tiempo ausente de
tiempo... una mentira real de una ficticia verdad... nadie sabe en que
día vive, hace ya que les dejó de interesar.... la batería toma el
relevo... el bajo sigue atento para atacar en cualquier momento... un
pequeño y destartalado piano consigue a duras penas hacerse notar... en aquel agujero hasta los chillidos de las ratas suenan a música
celestial...
...Hoy,
la ciudad cuenta con ciento cincuenta personas menos... de los
presentes o de los ausentes según se mire... soy un privilegiado,
estoy de paso... puedo permitirme el lujo de contar los días, las
horas, los muertos.... estoy de paso... ellos seguirán aquí,
algunos más ausentes que otros, enterrados en cualquier parque,
tirado en cualquier calle, el resto seguirá con su tarea de
sobrevivir...aunque sobrevivir no sea vivir...
A
las tres mandaré la crónica del día, relataré esta jazz session
para un público que con el café de la mañana
se
quedará con lo insólito de la narración, con la anécdota...y tras
ir al baño a cagar una comida que no les ha costado una carrera
entre disparos, hacer una cola de horas o simplemente la vida,
olvidarán lo leído sin saber que aquí, calentarse, comer o beber
agua se paga con la moneda más cara, con personas que amaban o eran
amados, hijos, padres, madres, hermanos que no volverán ese día ni
el resto de los días... una mancha de sangre en el asfalto será
todo lo que dejaran como recuerdo de una existencia.... Pero la
música aún es gratis, alimento que mantiene almas en cuerpos cada
vez más famélicos pero yo... estoy de paso.♫♫
Catorce
de febrero de mil novecientos noventa y tres....día 285 del sitio de
Sarajevo.
1 comentario:
Suena mejor cuando te lo leen...
Me alegro que vuelvan las hadas...
Publicar un comentario