martes, 22 de marzo de 2011

RENACIMIENTO

I


Pues yo, querido Walt Whitman, con veinticuatro años
no me celebro ni me canto.
Cada átomo de mi vida ha sido un naufragio
y cada verso contrariado una molécula de error,
que se ha ido encajando lentamente en el sometimiento,
arrodillándose a lo que siempre me ha rodeado y nunca
he comprendido.

Mi cuerpo se opone defraudado,
se ha despojado de creencias perecederas ,
se ha desinfectado de sensaciones fragmentarias
y ha batido las tímidas avanzadillas de mis reflexiones
en todos sus frentes.

Mi cuerpo me recuerda como he errado todas mis expresiones,
y me incita a reencarnarme al comienzo de mis quimeras,
cuando era un bisoño aspirante a deidad.

II

Por eso quisiera renacer otra vez,
aunque claro,
con otras premisas medibles para ofrecerle al destino,
quisiera remontar y retomar mi constancia,
reconstruir y acicalar mis deseos,
asistir y afirmar mi entendimiento,
abandonar el lastre de veinticuatro años de artero acontecer
sentenciados a cicatrizar de olvido.

Por eso quisiera renacer otra vez
para volver a ser el mismo,
para desandar el sufrimiento de la poesía equidistante,
recoger los versos desmembrados en tierra de nadie,
someter sólo lo que comprendan mis brazos,
sustraer el dedo de la llaga,
doblegar el instinto ante la utopía de la noche
y querer sólo lo que estime quererse.

Servirme de los comodines que esconde la existencia
aunque zozobre en la omisión que
entraña lo perecedero.

6 comentarios:

Leandro dijo...

¡Anda! Yo también escribí un Renacimiento, pero aquél era un cuento; la poesía está muy, pero que muy lejos de mi alcance.

Por otra parte, creo que a los veinticuatro años falta perspectiva para poder afirmar que cada átomo de la propia vida ha sido un naufragio. Toneladas y toneladas de perspectiva, diría yo que faltan

Tresmasqueperros dijo...

Completamente de acuerdo, Leandro, pero ya se sabe, a los veinticuatro años pensaba que ya había quemado todas las variantes exintenciales, y estaba de vuelta de todo, je je ¡que pardillo era!. 10 años después, la verdad, resulta un tanto graciosete tanto dramatismo por mi parte... Gracias Leandro por el comentario. ¿Hay alguna manera de leer el cuento Renacimiento?¿Lo tienes en el blog?

Leandro dijo...

No creo que pardillo sea el calificativo que merecías a los veinticuatro años. Probablemente, el término más adecuado sea joven. Lo mismo que a los treinta y cuatro. Sigue faltando perspectiva; menos, pero sigue faltando.

Ese cuento está en el blog, sí. Aquí. Pero desde ya te digo que es una buena muestra de lo que te dije ayer: la poesía está muy lejos de mi alcance. Y muy posiblemente, los cuentos también.

Anónimo dijo...

!Vaya, vaya! Te imagino escribiendo esto con una buena jarra de colacao (o cacao del mercadona, que lo tienes cerquita) fresquito en la terraza de tu casa en Pegnarroya!

Los buenos tiempos!

Anónimo dijo...

Sencillamente, maravilloso.

Tresmasqueperros dijo...

Gracias al segundo anónimo... es extraño reencontrarse en estos poemas antiguos, y descubrir que algunas cosas no han cambiado... Pro gracias, una buena manera de empezar el día de trabajo. Gracias y un abrazo seas quién seas. Al primer "anónimo" creo que sé quién es, la falta de eñes le delata, querido profesor sueco...Un abrazo también, campeón.