martes, 14 de abril de 2015

Página en Blanco





Creo que llevo escribiendo desde que no sabía ni leer. En aquella época las bibliotecas eran tan escasas como hoy en día pero al menos tuve la suerte de nacer en un hogar lleno de libros. Los chicos de entonces se divertían en la calle y como en mi barrio eran muy bestias, yo prefería estar en casa ojeando libros o viendo Barrio Sésamo. A finales de lo setenta Televisión Española tenía poca oferta audiovisual para los niños, así que me repartía entre debates de la Clave con el bien recordado Balbín y los libros ilustrado que me mostraban lo amplio y maravilloso que era el mundo más allá de las puertas de mi casa. Recuerdo que con ocho años le cogí a mi padre su olivetti y tras aporrearla muchas horas escribí mi primer cuento, una historia lacrimógena con fatal desenlace.
Mi primera lectura fue un libro de trescientas páginas sobre un pueblo de Siberia cerca del Lago Baikal, jamás olvidaré al personaje que en pleno invierno iba desnudo con una toalla y un martillo a darse su baño matinal.
Hasta bien entrado los veinte y tras leer a Semprún no comprendí que escribir resulta para muchos una necesidad vital tan importante como el acto de respirar.
Escribir me ha salvado la vida en mucha ocasiones y esto último no es una mera expresión.
Escribir supone salir más allá de uno mismo, conectar con los demás en aquello que sienten, que no dicen... al fin y al cabo saber que no estamos solos.
Escribir es un acto de humanidad, esa humanidad que nos convierte en ese animal contradictorio del que se puede esperar lo mejor y lo peor.
Escribir nos transforma, nos modela como el alfarero al barro.
Cuando escribimos somos más nosotros, ese que los demás no pueden o no quieren ver... Aún conservo aquella vieja olivetti, aún sigo escribiendo. 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y seguro que son muchos los que esperan que sigas escribiendo respirando.

Anónimo dijo...

Avanti firme!!! Respira, escribe, siente, Vive!!!

Silvia dijo...

Amen

Antonio dijo...

A muchos nos das las alas que nos faltan diariamente al poder evadirnos al leerte suerte y no pares de ''respirar''

Antonio dijo...

A muchos nos das las alas que nos faltan diariamente al poder evadirnos al leerte suerte y no pares de ''respirar''

Antonio dijo...

A muchos nos das las alas que nos faltan diariamente al poder evadirnos al leerte suerte y no pares de ''respirar''