domingo, 23 de diciembre de 2012

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La madrugada se presenta muy fría. Sobre un universo limpio y claro las estrellas no paran de guiñar sus diminutos ojillos. Al respirar, el gélido aire nos insufla la serenidad que da sentirse vivo. El café se ha enfriado y el cigarrillo en el cenicero ha dejado de exhalar su azulino humo. Silencio. Todos duermen. Una tenue brisa mece las hojas del limonero y un gato se mueve lentamente como si no quisiera interrumpir los sueños que en todos y cada uno de los durmientes se proyectan a modo de cortometrajes surrealistas. Giro la cabeza y me veo veinte años menos, enmarcado con una sonrisa y un clavel, quedo pensativo y doy un sorbo de café. Enciendo otro cigarrillo y cierro los ojos. Intento recordar la última vez que reí y no me acuerdo. Todos duermen. Silencio... y sonrío...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo siempre sonrío, y me insuflo de vida si veo a Javi por este rinconcito. Buen 2013, Javi.

Anónimo dijo...

Y esa novelaaaaaa....