Calles desiertas.
Luces encendidas tras visillos raidos.
Bares vacíos, el frío que viene y vá.
Miradas perdidas esperando risas que nunca llegan.
Cetro empuñado por un viejo decrépito que rie por no llorar.
Ausencia de la Ausencia.
La Nada contagia las miradas de los peregrinos.
El vino...ese nunca engaña...
Petrificado en medio de la calle veo pasar gente con el alma más allá del océano.
Siempre nos quedará París
Siempre nos quedará Fernando Arrabal.
1 comentario:
Antes que París, prefiero pasear por el arrabal de Fernando. Toma juego de palabras... Como siempre Javi, muy bueno, qué cojones... J.
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